Ninguna volvió a mencionar los acontecimientos de aquella noche fatídica, así que su convivencia continuó de manera más o menos serena, con las mismas pautas que habían seguido hasta el momento. La tensión entre ellas pareció remitir y la profesora se dijo que no había sido para tanto, que era algo que podría ocurrirle a cualquiera que viviese en las mismas circunstancias en que ellas lo hacían. Cada cual prosiguió con sus respectivas indagaciones con aparente normalidad; sin embargo, Kara notaba ciertas corrientes ocultas que fluían bajo la tranquila superficie.
Unos días después, tras hacer acopio de valor, decidió que había llegado el momento de dar un paso más en su relación con Gayle Marsh, así que resolvió pedirle que le acompañara a la ceremonia de entrega de premios. Como si hubiera estado esperando su petición desde hacía días, Gayle le contestó en ese tono suyo, algo seco, que tan solo unos meses antes le parecía un bálsamo y que ahora le resultaba un poco irritante:
—Estaré encantada de asistir contigo, Kara. Ya tengo preparado mi discurso, ¿y tú?
La profesora se revolvió el pelo en su gesto habitual.
—La verdad es que entre el seminario, las clases y todo lo demás no me ha dado tiempo. Espero poder ponerme pronto con él.
—¿Qué tal tu ayudante, la señorita Luthor? —preguntó Gayle con expresión indiferente, a pesar de que sus ojos, muy azules, no se apartaron ni un segundo del rostro femenino.
—A veces me gustaría recuperar la intimidad de mi hogar pero, bueno —se encogió de hombros—, no puedo negar que se defiende bien y resulta muy útil durante las clases.
—He oído que sale a menudo con Edge.
A Kara le dio la sensación de que ella observaba su reacción con demasiada atención, así que volvió a encogerse de hombros y respondió con una indiferencia que a la otra mujer agradó:
—Mi sobrina es mayor de edad, puede salir con quien le parezca.
Algo más tranquila respecto a ese punto, Marsh dejó el tema y continuó hablando de otros menos personales y, de pronto, Kara cayó en la cuenta de que, cuando estaban juntas, Gayle y ella apenas hablaban de otra cosa que no fueran cuestiones relacionadas con el ámbito académico o asuntos de la universidad. De súbito, la profesora sintió curiosidad por ver qué pensaba ella, en realidad, de su relación personal.
Gayle le estaba contando sus nuevos proyectos para incluir cambios en su asignatura, cuando ella la interrumpió y preguntó sin rodeos: —Gayle, ¿Qué opinas de nosotras?— se aclaró la garganta un par de veces, un poco turbada—. Quiero decir, de nuestra relación.
Gayle Marsh la miró con sus imperturbables ojos azules.
—¿Qué quieres que te diga, Kara? Estoy contenta con la situación.
A la profesora, aquella respuesta le pareció bastante pobre.
—Pero lo que me gustaría saber es ¿Qué esperas del futuro? ¿Cómo nos ves dentro de unos años? ¿Has pensado en casarte algún día y tener hijos? ¿Deseas...?
Sin poderlo evitar, habló atropelladamente y le molestó la forma en que ella alzó la mano para detenerla, como si fuera una de sus indisciplinadas alumnas.
—Vas muy deprisa, querida. Por supuesto que he pensado en casarme algún día, pero, desde luego, no tengo ninguna prisa por tener hijos. Primero quiero llegar lo más alto posible en mi carrera, después... ya veremos.
Al notar la expresión desilusionada de Kara que permanecía a su lado, alargó un brazo y posó su mano, que estaba muy fría, sobre los largos dedos femeninos, al tiempo que le decía en un tono comedido que ella debía considerar consolador:
ESTÁS LEYENDO
Nada más verte
FanfictionEl robo de varias antigüedades y un famoso báculo pastoral obliga al director del New College de la Universidad de Oxford a pedir ayuda a Scotland Yard. La detective Luthor será la encargada de investigar el caso y, para que nadie sospeche de ella...