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Julieta.

¿Cómo estás hermano? Si querés mañana mismo grabamos el temardo que escribiste. — Escucho la voz de Mauro cuando entro a mi casa, está hablando por teléfono con uno de sus mejores amigos y me regala una sonrisa de oreja a oreja cuando me ve entrar — Dale, nos vemos hoy en la fiesta del Duko, te amo.

— Te olvidaste de ir a buscarme me parece.

— Te mandé un mensaje amor, te dije que no pude, estuve a full en el estudio, perdón.

— Se me apagó el celular. ¿Otra vez vas a salir de joda?

— Vamos, los pibes te quieren conocer. Ya hace cinco años que estamos de novios y mis amigos no te conocen.

— ¿Me vas a presentar a tus amigos?

— Obvio. Todos años creo que bastaron para demostrarte cuánto te quiero. Quiero presumirte y mostrarle a todo el mundo que estoy con vos.

Muestro todos mis dientes y dejo que bese mis labios. Mauro, más conocido como Lit Killah para el resto; Llegó a mi vida hace cinco años. Y recuerdo ese día como si hubiese sido ayer.

Abrazo a mi novio con todas mis fuerzas intentando perderme entre sus brazos. Le dije a mi terapeuta que no sabía que era el amor pero Mauro me lo demuestra día a día.

— Anda, ponete más linda de lo que sos que en un rato pasamos a buscar a Coscu y vamos para allá. 

Asiento con mi cabeza después de regalarle otra sonrisa y me dirijo al baño para así, poder darme una ducha.

"Estabas enamorada de él."

Recuerdo las palabras de mi psicólogo y cierro los ojos. Tal vez tenga razón. A veces me preguntó ¿Qué pasaría si vuelvo a verlo? ¿Seguiría queriendolo como hasta ahora, a pesar de que me haya abandonado? Pero, mi duda es ¿Seguiría muerta de amor por él como hace años? Supongo que nunca lo voy a saber.

7 años atrás.

— Corre, Troca más rápido la puta que te pario ¡Corre!

Abro los ojos cuando escucho gritos fuera de mi casa. Cómo siempre la cana persiguiendo a la gente de la villa. Quieren hacernos desaparecer como si no valieramos nada. Decido abrir la puerta y me encuentro con un chico teñido de rubio en el suelo, tiene un disparo en el pecho. Miro hacia ambos lados, la policía desapareció pero al lado del cuerpo veo a otro chico de no más de catorce años con lágrimas en los ojos.

— Troca, hermano por favor. — Hablo el pelinegro, una lágrima rodo por su mejilla y me acerque a ellos — ¿Que miras vos? Tómatela, pendeja.

— Miro porque lo mataron afuera de mi casa.

Quiebra en llanto. Sus piernas caen rendidas al suelo y abraza el cuerpo muerto de ¿Su hermano? Debe echarse la culpa, se nota. La sirena de la policía vuelve a hacerse presente y antes de volver a entrar a mi casa, siento como me tiran del brazo para darme vuelta y así quedarme frente al chico que acaba de tratarme mal.

— Necesito esconderme, por favor.

— ¿Ahora pedís por favor? Hace dos segundos me trataste como el orto. — Me suplico con su mirada, inundada en lágrimas y dejo que entre a mi casa — No van a tocar la puerta, por suerte no existo para la villa.

— ¿Y tus viejos?

— Viejo no tengo y mi mamá me abandono por un pito, no sé dónde está. Hace meses que me dejó sola.

— ¿Cuántos años tenes, nena?

— Once, me llamo Julieta.

— Catorce, soy Tomás.

Actualidad.

— Llegamos, padre. Hoy me rompo la pera si o si.

La voz de Coscu hace que deje de perderme en mis pensamientos. Mauro me abre la puerta del auto y como todo un caballero me da la mano para que pueda bajar de este. La música está a todo volumen y eso que recién eran las siete de la tarde.

— Eh puto ¿Estás preparado para perder contra mi de nuevo?

Veo a mi novio mirar hacia arriba y hago lo mismo. Me tambaleo y tragó saliva al verlo. Creció. Un montón pero ahí estaba. Jamás me habría olvidado de su cara.

— Tomás.

colegas | cro ft cazzu y lit killahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora