colegas | cro ft cazzu y lit killah

7.

Tomás.

" — ¿Sabes toda la mierda que tuve que pasar para salir de la villa?"

" — Mauro, me salvó"

Despierto. De golpe. Apreto mis ojos y suelto un suspiro. No puedo creer que Julieta esté de vuelta. Sus palabras me están carcomiendo la cabeza. No me contó que es lo que tuvo que pasar. ¿Y si le hicieron daño porque estaba sola? Nunca me lo voy a perdonar.

— ¿Tuviste una pesadilla?

Miro hacia un lado y creo que estoy soñando. Refriego mis ojos pero es en vano. Julieta, una vez más está en mi habitación.

— Que bueno, me alegra que tengas pesadillas; ¿Sabes cuántas tuve yo?

— Yo no te quise mentir. Te quería llevar conmigo, de verdad.

— No me llevaste con vos. No lo hiciste porque sos un egocéntrico y solo pensaste en vos. Mereces pagar por lo que me hiciste.

— ¿De qué hablas?

— Que mejor te olvides de Julieta, porque te juro que te voy a matar con mis propias manos.

Apreto mis ojos. Pego un sobresalto al darme cuenta que todavía estaba soñando. Julieta y el pelotudo de Mauro en un mismo sueño. Mi subconsciente me está matando. No me está ayudando. Dos pesadillas en una. Abro mis ojos con miedo a seguir soñando pero ya estoy en la realidad. Veo a Lucas en frente mío y suelto un suspiro de alivio.

— ¿Qué pasa hermano?

— La vi en mis sueños, a ella y a Mauro; Me dijo que él la salvó. Yo la deje sola y él me reemplazo.

— ¿Cómo que te dijo?

— Cuando llegué, estaba acá esperándome para preguntarme por qué le mentí pero no pude responderle; Ni yo tengo en claro porque lo hice. Pensé que esa forma la protegería pero, la hice mierda Lucas y ahora me reemplazo por Lit Killah.

— Nadie reemplaza a nadie hermano. Vos te fuiste y él la sacó de la villa. Al fin y al cabo gracias a él la volviste a ver.

Miro hacia un costado y no dudo en armar un porro y prendermelo. Tenía que tener droga encima para poder olvidarme de ella pero, ninguna droga era suficiente para olvidar a Julieta.

Tal vez Lucas tenga razón. Gracias a Mauro pude reencontrarme con ella. Pero, me parte el corazón verla con otro que no sea yo. Siempre fuimos colegas y yo, estaba enamorado de ella.

— No podés pretender que después de cinco años todo fuera como antes y aunque odies a Mauro, no es un mal pibe. Se nota que la quiere.

— Yo también la quiero.

— ¿Qué pensas, decirle que la querés y que vuelva corriendo a tus brazos? Ella ya no es la nena que te salvó cuando mataron a mi hermano.

— Ya sé que no es la misma de siempre, no hace falta que me lo recuerdes. No voy a hacer nada. No puedo hacer nada. Ella ya tiene otra vida y es con él. Pero, necesito tenerla al menos una noche.

— Julieta no es una de tus putas, no es una mujer de una sola noche.

— Está con alguien más. No puedo tenerla más tiempo.

Lucas niega con la cabeza. Está cansado de mí. Termino de fumar mi primer faso y me armo otro. Está es una de las razones por las que me fui. Desde los catorce consumo porro y merca. Julieta nunca lo supo, lo hacía en la plaza, en otros lados. Hasta que no aguante. Mi adicción fue más fuerte y tuve que irme de Neuquén, para no dañarla a ella. La droga cambia a las personas y conmigo, va a acabar.

Mi teléfono empieza a sonar y veo un teléfono desconocido. Mi esperanza es que sea ella, diciéndome que quiere empezar de cero. Que volvamos a ser colegas pero, eso es un sueño y nada más.

— ¿Quién es?

— ¿Cómo se te ocurre tratar mal a mi chica? Después de toda la mierda que la hiciste pasar.

— ¿Mauro?

— ¿Quién más? Se merecía por lo menos una explicación de por qué te fuiste.

— Yo no tengo nada que explicarle a ella y mucho menos a vos, flaco.

— Te voy a pedir una sola cosa. Más te vale que te alejes de Julieta. No te necesitó todos estos años y mucho menos ahora.

— ¿Qué pasa Lit, tenés miedo de que te vaya a robar a tu novia? — Pregunto y suelto una carcajada — Está bien tener miedo por fin, hay algo en lo que te puedo ganar.

— Ella no es un trofeo para que puedas ganarla.

— No, pero tampoco va a seguir siendo tu chica por mucho tiempo así que, disfrútala mientras puedas.

Corto la llamada y bloqueo el número. Lucas me mira con una ceja alzada, me conoce a la perfección.

— ¿Qué estás pensando hacer, Tomás?

— Voy a recuperar a Julieta.