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Tomás.

— ¿Cuánto tiempo más vas a tener a Julieta en tu habitación, Tomás?

— Lucas. Me cansé de decirte que no pasó nada. Ella solo me ve como su hermano de corazón y a pesar de que yo le haya confesado mis sentimientos; No le importo.

— ¿Y sí te hubiera dicho que sentía lo mismo? ¿Habrías arruinado una relación de años?

— Eso no paso; Pero, en el caso que ella sintiera lo mismo por mi, Mauro me chupa tres carajos. Julieta y yo, tenemos historia.

— ¿Qué historia, pelotudo? Te salvo cuando mataron a mi hermano y después vivieron un año fumando porro, tomando y robando para sobrevivir. En cambio, con Mauro lleva más de cinco años, no le arrebates eso.

— Yo no le voy a arrebatar nada, Lucas. En el hipotético caso que ella venga y quiera algo conmigo, no voy a perder de nuevo la oportunidad de ser feliz.

— ¿Y que hay con su felicidad?

— Yo también la haría feliz.

Mi mejor amigo niega con la cabeza. No entiendo porque está del lado de Mauro. Ojalá pasara algo entre Julieta y yo pero, aunque me prometí conseguirla , hoy por hoy veo muy lejos ese objetivo. 

"Tomás, necesito hablar con vos."  Leo en la pantalla de mi celular después de que me haya sonado dos veces, sonrío al ver que se trata de Julieta pero, me lleno de miedo. Generalmente las personas cuando quieren hablar, no se trata de nada bueno.

"En la plaza de siempre, en media hora."

"Ya salgo para allá, reina."

Reina, una canción que acababa de terminar y por supuesto que era para ella. Me cambio de forma rápida y aunque Lucas me mira con la ceja levantada, decepcionado de mí; Salgo de mi habitación y de la casa de Mauro para ponerme el casco y conducir hasta la plaza. 

— Por fin, te dije en media hora ¿Por qué tardaste tanto?

— Me había quedado sin nafta, reina. — Corro uno de sus mechones de pelo y lo coloco detrás de su oreja — ¿Por qué necesitas hablar con vos?

— Estoy confundida y no sé que hacer al respecto. Solo hay una cosa que puede sacarme la confusión.

— ¿Qué?

— Esto.

Sus manos se posan en mi cuello y sin pensarlo dos veces, me atrae hacía ella, capturando de esta forma mis labios. Mis ojos quedan abiertos por un momento, pienso que estoy soñando pero es real; Julieta me está basando. Cierro mis ojos y decido dejarme llevar. La tomo de la cintura apegándola a mi cuerpo. El beso duro unos minutos pero, en mi corazón va a estar la imagen para siempre. Ella me beso.

— Perdón, no sé porque hice eso. 

— No pidas perdón, me encantó que lo hicieras. — Ella niega con su cabeza, sus ojos se cristalizan y no entiendo el porqué — ¿Qué pasa, por qué estás confundida?

— Simplemente necesitó saber que es lo que siento, siempre me dijeron que si estás enamorada de dos personas; Significa que en realidad estás enamorada de una. Porque si estuvieras enamorada de la primera, no te hubieras fijado en la segunda.

— ¿Y quién sería la primer persona, morocha?

— No lo sé. — Veo una lágrima rodar por su mejilla e intento acercarme pero me aleja — Hace de cuenta como si esto no hubiese pasado, nunca. Me tengo que ir.

— Para, Julieta no te vayas.

Le suplico pero de todas formas se va. Desaparece entre la gente y suelto un suspiro. Hace una hora creía que era imposible recuperar a Julieta pero ahora, me doy cuenta que hay esperanza. 

Vuelvo a subirme a mi moto e intento conducir hacia la casa de mi mejor amigo pero, un auto se m pone en frente y hace que frene de golpe.

— ¡¿Qué haces, imbécil?! ¡Casi me matas! ¿Vos sabes quién soy yo? No tenes idea.

— Deja de hacerte el malo, Tomás. No te queda bien el papel. — Mi ceño se frunce al ver a Mauro en el auto. — Deja la moto acá y subite, vamos a dar una vuelta.

— No pienso subirme a tu auto.

— Subite te dije; Si no queres que Julieta se enteré de la verdad, subite ahora.

Abro la boca, quiero decirle que cierre el orto pero, no puedo. De seguro Lucas o Mauro le contaron lo que hice hace más de seis años con la madre de Julieta pero, yo no sabía quien era ella hasta ese entonces.

Me subo hasta el auto de Mauro y me siento en el asiento de copiloto. Él empieza a manejar y por un rato guarda silencio.

— ¿Pongo música o me vas a hablar? — Pregunto, sigue dando vueltas a la plaza y no me habla — Dale flaco, no tengo todo el día.

— No me saques a Julieta, ella no es un trofeo que se pueda ganar. No te encapriches, nosotros nos amamos.

— ¿Y por qué ustedes se amen, yo no puedo amarla? — Niego con la cabeza y suelto una risa irónica — Que romántico resultaste ser Lit Killah, no te tenía así. Me sorprendiste.

— ¿Qué le podes ofrecer vos? ¿Un mundo lleno de falopa? — Miro hacía el costado, tiene razón. Conmigo Julieta no llegaría a ninguna parte pero, eso no hace que deje de querer que sea mía — Dale boludo, si de verdad la amaras dejarías que fuera feliz aunque no sea con vos.

— No entendes nada Lit, no tenes idea de nada.

— Vos sos el que no entiende nada. Estos últimos años Julieta estuvo bien sin vos. Nunca la buscaste, no le pediste perdón por lo que hiciste. Tenía doce años y la dejaste tirada en una villa. Le podría haber pasado cualquier cosa. — Ruedo mis ojos, estoy cansado de la misma historia de siempre — ¿Cuándo le vas a contar que mataste a su vieja, eh?

— No le paso nada, Mauro y eso no es problema tuyo.

— Por favor, Tomás. Vos podes tener a la chica que quieras pero, a Julieta no.

colegas | cro ft cazzu y lit killahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora