24.

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Mauro.

Una lágrima rueda por mi mejilla al ver como mi casa, nuestra casa; Esta llena de fotos de nosotros. Desde hace cinco años hasta el día de hoy. Lleno de odio, bronca y rencor; Y con un poco de alcohol encima. Empiezo a arrancar los cuadros de la pared. A tirar todos los regalos que nos hicimos con el paso del tiempo. Quiero odiarla pero, no puedo. No puedo porque sigo teniendo la estúpida esperanza de que siga siendo la misma nena de la que me enamore pero; Parece que se fue hace mucho tiempo.

— Mauro.

Levanto mi cabeza cuando escucho su voz detrás de mí. Yo tuve que salir a hablar con toda la gente, con mis amigos diciendo que el casamiento no se iba a hacer. Yo fui quien pasó vergüenza. Yo fui y soy el cornudo. Yo soy el que está completamente roto por dentro.

— ¿Cómo es que te da la cara, para volver acá como si no hubieses hecho nada?

— Vos lo sabías. No entiendo porqué no me enfrentaste. Nunca dijiste nada y seguiste con los planes de casamiento.

— Quería pensar que solo era una imaginación mía pero, no lo fue. Desde hace cinco años que vivo en un sueño pero, ¿Sabes qué? Ya desperté. Por tu culpa.

Tomo el valor para darme la vuelta y quedarme frente a ella. Quien tiene los ojos rojos, llenos de lágrimas. Se nota que lo único que hizo desde que me fui del altar, fue llorar. 

— No llores Julieta, no tenes derecho a llorar y todavía no puedo creer como fuiste capaz de hacerme una cosa así. — Aprieta sus ojos y ahora las lágrimas caen por su mejilla — Si no te lo dije fue porque estaba esperando a que me lo dijeras pero, no lo hiciste. Él tuvo mas huevos y gracias a ese imbécil me entere de tu traición, a mí; Sos una desagradecida.

— Mauro; Yo no quería hacerte daño. Realmente quería casarme con vos y tener la vida que siempre soñamos juntos.

— Yo fui el que soñó. Vos lo único que hiciste todos estos años fue pensar en él y yo; Perdí casi seis años de mi vida en una persona que no valoró ni un poco de lo que hice por ella.

— Siempre te dije que no te merecía. Vos sos un ángel que me salvo y yo...

— ¿Un demonio? — La interrumpo con una pregunta de forma irónica — Lo que sos vos es un sorete. — La escucho tragar saliva, nunca la había insultado en estos años de relación — Te dijo tres palabras lindas y caíste como una pelotuda. Caíste en su juego como siempre te advertí; Ahora lo perdiste a él y me perdiste a mí.

— Mauro, vos te mereces el mundo entero. Una chica que reparé tu corazón y te haga el hombre más feliz del mundo.

— ¿Sabes lo qué pasa, Julieta? Que el corazón me lo rompiste vos y también te lo rompiste a vos misma aunque capaz ahora no te des cuenta. Yo no quería a otra chica, te quería a vos.

— Perdón.

— ¿Perdón? — Pregunto y suelto una carcajada — ¿Solo eso vas a decir? Nunca fuiste capaz de verlo lo mucho que te quise.

— Perdón, Mauro. No sé que más decir, de verdad.

— Deja de llorar, porque cuando te acostaste con él, no lloraste. No pensaste en mí. Te gano la calentura. Yo siempre te puse sobre todas las cosas, hasta sobre la música. Que imbécil que fui, Dios. — Tomo mi cara con ambas manos. Todavía no caigo. Intento calmarme y suelto un suspiro — Me heriste y no sabes cuánto. Me tenías y me lastimaste. Ojalá puedas recuperarlo a él y aunque sea te ame al menos de la mitad que de lo que yo te amé. Espero, que te elija vos antes que a las drogas porque sino, vas a terminar como él. En la mierda. De la que nunca debí haberte sacado.

— Para; Mauro por favor no te vayas. — Me suplica agarrándome del brazo cuando intento abrir la puerta de la que ahora va a ser mi casa — Yo te juro, que nunca te mentí con lo que sentía por vos. Me di cuenta tarde pero realmente te amo.

— Vos no sabes lo que es el amor;  No tenes idea. Si me amaras, no te hubieses acostado con él. Yo creo que vos amas a Tomás. — Le digo con bronca y me suelto de su agarre — Si me amas a mí, acabas de perderme y si lo amas a él, te deseo mucha suerte porque la vas a necesitar. — Ella baja su cabeza; Ya no sabe que decirme — Tenes veinticuatro horas para llevarte todas tus cosas, no te quiero ver más, Julieta.

— Mauro, estoy embarazada.



colegas | cro ft cazzu y lit killahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora