Wanda miraba la televisión con aburrimiento, la verdad era que ni siquiera estaba prestando atención a lo que se mostraba en la pantalla ya que sus pensamientos viajaban a la dueña de aquellos brillantes ojos grises.
Había meditado por varias horas de los últimos días sobre la repentina aparición de la chica en su mente a cada segundo, explicándose a si misma que solo sentía curiosidad.
Soltó un fuerte bufido y se levantó de su cama, quería ver a Leila y preguntar todo lo que tenía en su mente, pero ninguna de las misiones había sido tan riesgosa como para que saliera herida.
Sin saber que hacia se encaminó fuera de la ala de habitaciones y dirigió su rumbo a la enfermería. Sus pies se movían traicionando sus pensamientos, una parte de ella quería seguir el camino y ver que sucedía, otra solo quería volver y quedarse con la curiosidad.
— La curiosidad mató al gato, pero al final murió sabiendo — con esa frase en mente cedió ante sus ganas por tener respuestas continuo hasta estar frente a la gran puerta de vidrio.
— Señorit... — paró y sonrió levemente — Wanda — corrigió — ¿Qué te trae por aquí?
La pelirroja quedo perdida, y nada tenían que ver las facciones amables de Leila, su tono suave, o su aroma a vainilla, simplemente no había preparado la escusa correcta con la cual se presentaría para una consulta con la linda enfermera.
"Idiota" se reprendió a si misma y pensó en irse y no regresar jamás, pero al ver aquellos orbes plata que la observaban de arriba a bajo intentando pasar inadvertidos lo pensó mejor y dijo lo primero que se le vino a la mente.
— Me duele la cabeza — explico con una mueca.
— Pues, hoy no podré usar el mismo... tratamiento de antes — contestó con voz pausada, fue cuando Wanda noto el cansancio en sus palabras y movimientos.
— Oh, entiendo — murmuro con un asentimiento deseando soltar todas las preguntas que tenía.
— Puedo darte algunas pastillas — cerro los ojos lentamente y uso toda su fuerza para levantarse, alcanzo algunas pastillas y volvió a su silla arrastrando los pies. — Estas te ayudaran. — sonrió y le entrego los contenedores, con ellos también venia la misma paleta roja en forma de corazón.
— Gracias — dijo tomando todo en sus manos, pero no se movió de su lugar. No quería irse había hablado con Leila nada mas 1 minuto, necesitaba más que eso. — ¿Cómo estuvo tu día?
Vio la sorpresa en rostro cansado de la castaña, movió sus labios pero no dijo nada, luego sonrió y contestó. — Fue un día atareado, muchos pacientes que ayudar.
— ¿Los agentes se lastiman mucho? — preguntó confusa sacando una risa de la chica.
— No, no. Trabajo en otro lugar en las mañanas — explico apoyando su barbilla en su mano.
Wanda quedo sin nada que decir, frunció sus labios en una tensa línea y se planteó la idea de solo dejar salir todas sus preguntas, pero ¿Cómo lo haría? No podía solo soltarlas y ya ¿O si?
— ¿Y tu día como estuvo? — devolvió la pregunta Leila salvándola de su debate interior.
— Amm... bueno, bien. Ser una vengadora no es trabajo fácil — admitió con una risita. La castaña frente a ella la miro por un momento sin decir nada.
— No creo que lo sea — le dio la razón.
Ambas se observaron por unos largos minutos, pensando en cosas diferentes. Wanda volvió a su debate interno sobre cómo preguntarle a la castaña sobre sus poderes.
Leila por otro lado, la detallaba, tratando de contener su emoción al tener de frente a su superheroína favorita. Quería preguntar más sobre sus misiones, sobre su vida, llegar a conocerla más allá de lo que decían la prensa, tal vez ser su amiga, pero ya estaba soñando despierta.
Ambas intentaron hablar al mismo tiempo, riendo ante la coincidencia de esto.
— Habla primero — dijo Leila antes, Wanda dudo un poco.
— No era importante — mintió — ¿Tu que ibas a decir?
— ¿Te gusta ser un vengadora? — preguntó después de unos minutos.
Wanda se quedó callada un momento, Nadie antes le había preguntado eso, solo asumían que era feliz y lo tenía todo, lo cual en parte no era mentira, le gustaba salvar el mundo y sentir que ayudaba en algo, los entrenamientos eran fuertes pero podía con ello, al final todo era mejor que en Hydra, pero como cuando estaba allí, también deseaba ser normal y deseaba tener a su hermano.
— Salvo personas, es mejor que lo que podría haber hecho con Hydra. — Murmuró no muy segura de si era la respuesta correcta. — ¿A ti te gusta ser enfermera?
— Salvo personas, es mejor que lo que podría haber hecho como pintora — contestó de la misma forma sacándole una sonrisa.
— ¿Pintas? — preguntó interesada acercando una silla destinada a seguir con la conversación por un rato.
— Así es, desde los 12 años. ¿Tu tienes otro hobby aparte de salvar el mundo? — Los párpados caídos de Leila luchaban por mantenerse abiertos y esto Wanda lo notaba.
— Me gusta cocinar. — respondió tratando de decidir si debía irse para que ella descansará, pero fue la castaña quien continuo entablando conversación.
Por unos cuantos minutos estuvieron hablando sobre temas triviales, hasta que un muchacho alto y moreno llegó saludando a Leila.
La castaña le informo Wanda sobre su final de turno, obligandolas a terminar con su conversación.
— Descansa — dijo Wanda con una sonrisa antes de salir.
— Igual tu, espero te mejores.
La pelirroja tardo unos minutos en entender que hablaba sobre su dolor de cabeza falso, presionó el contenedor de pastillas en su mano y sonrió moviéndola.
Se sentía mal por llevarse algo que no necesitaba, pero si de esa forma podría ver a Leila, tendría que dejar su moral de lado.
Porque ahora no solo sentía curiosidad por sus poderes, también quería conocer a aquella linda chica.
Tal vez podría tener al fin una amiga, tal vez.
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𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑¹ ― W. Maximoff
Fanfiction❝Can I go where you go? Can we always be this close forever and ever? And ah, take me out, and take me home You're my, my, my, my Lover❞ En dónde Wanda deberá lidiar con sus nuevos sentimientos hacía Leila. ó En dónde...