22. Baco y los Gigantes

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Los hijos de Poseidón estaban muertos de miedo. Se esforzaban por mantener la cabeza por encima del agua, estaba claro que era una nueva experiencia para ambos

--No podemos luchar contra esto-- dijo Piper --Si nos contenemos nos debilitara aún más--

--¡¿Que quieres decir?!-- Grito Jason

El agua le llegaba hasta la barbilla pero estaba demasiado concentrado en aferrar a Ivy a su cuerpo para evitar que está se ahogara

--El cuerno de la abundancia. Tenemos que responder a las ninfas con agua fresca, darles más de lo que necesitan. Tal vez se podría diluir con este veneno...

--¿Puede hacer eso?-- cuestionó Percy que estaba enganchado a un tubo en el techo

--Sólo con su ayuda. Necesito que piensen todo lo que tengan en la cornucopia--

--¿¡Coronó que?!-- Grito Ivy

--¡Piensen en el mar!--

--¿Agua salada?-- preguntaron al mismo tiempo

--¡Da igual! Mientras que este limpia. Jason piensa en lluvia, mucha lluvia. Sujeten todos el cuerno...

Juntos se apiñaron frente aquel cuerno pero Ivy estaba demasiado concentrada en agitar sus pies para evitar hundirse

Los segundos pasaron y nada ocurrió

--¡Es inútil!-- Chillo Ivy

--¡No estamos consiguiendo nada!-- le siguió Percy

--¡Tenemos que trabajar juntos!-- les grito Piper --Piensen en agua limpia. No se contengan, como si ya estuvieran muertos y su único objetivo fuera ayudar a las ninfas. Tiene que ser un obsequio...un sacrificio--

--¡Oh dioses!-- Grito Ivy cerrando los ojos con fuerza

--Intentémoslo de nuevo, juntos-- dijo Jason

El miedo comenzó a invadir nuevamente a la hija de Poseidón, lloraba, pero sus lágrimas eran perdidas en aquella agua oscura.

Pensó en el mar, la última vez que vieron a su padre en la playa del campamento. La última vez que estuvo con Nico frente al lago disculpándose por lo ocurrido con Bianca. La última vez que estuvo nadando con Percy antes de que desapareciera.

Cuando abrió sus ojos pudo observar el momento en el que del cuerno brotó agua clara con tal fuerza que los impulso a los cuatro contra la pared. La lluvia se convirtió en un torrente blanco, tan limpio y frío que Ivy dejo escapar un pequeño grito ahogado

--¡Esta funcionando!-- Grito Jason

--¡Estamos llenando la sala todavía más!-- replicó Percy

El techo les quedaba a sólo unos cuantos centímetros de distancia

--¡No se detengan!-- Dijo Piper --Tenemos que diluir el veneno hasta que las ninfas se purifiquen...aunque nos hundamos

Dear Jason | HoODonde viven las historias. Descúbrelo ahora