❝¿Cuántas veces más vas a tratar de estar con el?❞
❝Las que sean necesarias, Perseus❞
El amor unirá a los enemigos...Al menos eso creyeron los Héroes del Olimpo.
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Basado en los libros de:
El Héroe Per...
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"El amor es el monstruo más salvaje de todos"
El brusco movimiento del barco y los gritos de sus amigos la despertaron. Restregó sus ojos y soltó un sollozo involuntario
Dirigió su mirada hacia el reloj: 12 AM. Llevaba 4 horas dormida después de hacer por si sola la guardia. Suspiro y se levanto evitando a toda costa el espejo frente a ella.
Salió por el pasillo hasta llegar a la cubierta superior
--¡Tenemos que despertarlos!— Grito Leo
—¡No!— respondió Hazel que corría de un lado a otro junto a Nico —Ellos necesitan descansar—
Ivy dirigió su mirada hacia enfrente en donde uno de los dioses de las piedras estaba. Leo trataba de alejar el Argo II lo más posible de las gigantescas rocas pero no le era imposible
—¡Nosotros necesitamos vivir!—
La hija de Poseidón subió el último escalón y se dirigió hasta la borda en donde cerró los ojos con fuerza y le rezo a su padre que la ayudará aunque sea en ese momento
Al principio no sucedió nada. Pero entre más furiosa estaba más poder sentía sobre el mar. Hizo un gesto con la mano y una gran ola se estrelló contra la roca derribando a aquel Dios de la piedra
—¡Ivy! ¡Lo sentimos mucho, no queríamos despertarte!— Se disculpó Hazel
Le respondió con un asentimiento de cabeza y arrastró sus pies de regreso bajo cubierta
{...}
Unos golpes la sacaron de sus pensamientos. Bajo la fotografía y levanto su mirada observando a Jason en la puerta
—¿Estas bien?
Era una pregunta absurda y ambos se dieron cuenta de ello. Jason recorrió su mirada por su novia. El rostro pálido y blanquecino, característica única que la lograba diferenciar de Percy. Sus ojos rojos e hinchados y su labio inferior sobresaliendo como si estuviese haciendo un puchero. Habían sido 4 días enteros sin dirigirle la palabra gracias a que está lo evitaba a el y al resto
—¿Podemos hablar?
Ivy negó con la cabeza. Por mucho que quisiera hacerlo, no podía. Las palabras no salían de su boca sin antes provocarle un horrible ardor en la garganta
—Por favor, Ivy. Ambos lo necesitamos
Volvió a negar bajando su mirada
—Bien...hemos atravesado las montañas. Estamos por llegar a Bolonia. Deberías reunirte con nosotros en el comedor. Nico tiene nueva información
