❝¿Cuántas veces más vas a tratar de estar con el?❞
❝Las que sean necesarias, Perseus❞
El amor unirá a los enemigos...Al menos eso creyeron los Héroes del Olimpo.
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Basado en los libros de:
El Héroe Per...
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--¡Quítate, Leo!
El hijo de Hefesto soltó un chillido cuando la espada dorada de Ivy le rozó la cabeza y se clavó contra una de las gigantescas serpientes marinas
--¿Acaso quieres matarme?-- Grito --¡Casi me dejas sin cabeza!--
--¡Si quisiera decapitarte ya lo hubiera hecho hace horas!
--¿Oíste eso, Jason? ¡Tu novia me está amenazando!
Jason los ayudo a subir a la cubierta para después dejarse caer contra el piso tratando de recobrar el aliento
--Tenemos que apresurarnos. Demasiadas serpientes de cereza por hoy
{...}
--¡Más arriba! ¡Más arriba! ¡No te atrevas a soltarla, Ivy Jackson!
Ivy soltó una carcajada y la flecha se deslizó entre sus dedos logrando dar contra la manzana que se encontraba sobre la cabeza de Leo
Frank y Hazel aplaudieron mientras Jason parecía nervioso de que alguien terminara herido
--¡Sigues tu, princesa marina!
--Chicos no creo que sea buena idea-- interrumpió Jason --Leo jamás a tocado un arco--
--Puff-- Leo hizo un gesto con la mano --Esto no tiene ciencia, Grace. Sólo apunto y...
--¡Trajimos helado!
--¡Ah!
Hubo tres gritos: el de Percy, el de Ivy y el de Leo
La hija de Poseidón se desplomó contra el suelo y saco la flecha de su pierna. Jason grito una maldición en latín que la mayoría no entendió
--¡Se los he dicho!
--¡Ella se movió!-- Grito Leo
--¡Eh! ¿le has clavado una flecha a mi hermana?
Percy choco los cinco con Leo provocando que Annabeth lo golpeara
--Vamos al mar
Jason la cargo entre sus brazos y junto a toda la tripulación bajaron del barco. El puerto de Mikonos los recibió.
Ivy se curo de inmediato y corrió hacia los otros sentándose en la playa, sin tener que preocuparse por tormentas ni ataques de monstruos por primera vez en días. Tomó el cono de helado de mora azul que Percy había comprado exclusivamente para ellos y lo disfruto tratando de imaginar que ella y sus amigos estaban de vacaciones
Se recargo sobre el hombro de Jason y beso su mejilla observando el atardecer
Era 30 de julio. Faltaban menos de cuarenta y ocho horas para el día G, cuando Gaia despertaria en todo su esplendor terrestre.
