Capitulo 3

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Sentía que mi cuerpo estaba recostado pero por más que intentara moverme o abrir mis ojos, se me era imposible hacer una acción tan simple como esa, todo lo que lograba "ver" era pura oscuridad y recuerdos aleatorios llegaron a mi cabeza.

Aquella mirada verdosa que observaba siempre desde lo lejos, un cabello rizado moviéndose al ritmo de la brisa helada de la noche y justo cuando su rostro estaba a punto de darse vuelta hacia mi dirección, la luz molestosa del exterior llego a mis ojos.

Los cerré fuertemente pero fueron abriéndose inconscientemente al escuchar unas voces lejanas, mi corazón latía como loco, mi pecho subiendo y bajando con cada respiración fuerte que hacía, sin darme cuenta estaba llorando sin control alguno, no me fije en las personas que estaban a mi alrededor así que solo seguí limpiando mis lágrimas sin parar, pero era como si jamás fuesen a acabarse hasta que sentí como una mano se posaba en mi hombro.

Me sobresalte y como si esa mano me estuviese lastimando, la golpee con todas las fuerzas que tenía en este momento, mi vista se aclaró finalmente y un cabello rubio junto a un mechón rojo fue lo primero que vi.

-¡Lo siento mucho profesor Victor¡- aquel grito casi rompió mis tímpanos, pero la culpa comenzó a llenarme lentamente, aun algo desorientado observé como la mano de ese joven algo gritón se estaba poniendo roja por la fuerza que ejercí antes en el.

-¿Dónde estoy?- pregunte mientras giraba mi cuerpo para poder pararme.

-En la enfermería y lo mejor sería que siguiese acostado- una señora ya mucho más mayor que yo me tiro hacia atrás nuevamente, asentí ante lo que dijo y lleve una mano a mi cabeza, la frente estaba cubierta con vendaje y en mi nariz había un parche color piel, según el reflejo que veía en el espejo que me había pasada la enfermera.

Mire el reloj que estaba en la otra pared y mis ojos se abrieron con sorpresa, ¡Erika¡

-Debo irme- dije sin prestar atención a las palabras de la enfermera pero antes de marcharme hacia mi oficina por mis cosas le hable al joven estudiante que había golpeado antes.

-Lo siento por golpearte- y salí corriendo fuera de ese lugar, no habrían pasado ni cinco minutos y yo ya estaba saliendo de la universidad, de repente mi rápido caminar fue detenido al chocar con un estudiante que ni siquiera alcancé a mirarlo y me disculpe rápidamente, no me importaban las miradas raras que me dirigían al verme con un vendaje en la cabeza y corriendo como loco para lograr llegar a mi auto.

Lo bueno es que vivía justo en el centro de Moscú, y solo debía seguir una carretera que iba directamente hacia mi casa, por suerte no había tráfico y llegue rápidamente a casa, unos sollozos fueron lo que escuche al acercarme a la puerta.

Lo primero que mis ojos vieron fue a Chris tratando de tranquilizar a Erika que a cada rato preguntaba por mí, ni había revisado el celular por el camino, mi único prioridad era llegar a casa y por fin estaba aquí, corrí hacia ellos y mi pequeña elevo los brazos para que la levantara, sus cachetes estaban rojos al igual que sus ojos llorosos, con sus cejas fruncidas y algo hinchadas por tanto llorar.

-Erika...- dije casi susurrando para mí mismo su nombre- ya no llores, papá ya llego a casa- le hable más suavemente mientras acariciaba su largo cabello ondulado, sentí sus manos apretándose en mi camisa y al ver su rostro nuevamente, yo también comencé a llorar.

-¿Papá?- escuche como hablo ella y tomaba mi cara- no...llores- dijo ella y trataba de limpiar mis lágrimas

-No estoy llorando- dije para molestarla un poco y ella también dejase de llorar, y así fue luego de que ella soltó una carcajada y yo también, deje que se acurrucara contra mi hombro y lentamente se fue quedando dormida.

Warm Rain [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora