Capitulo 1

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Abrí lentamente mis ojos con pereza y observé mí alrededor, y justo al momento de levantarme sentí como unos pequeños brazos rodeaban mi cintura. Mire hacia abajo y vi ese montón de cabellos plateados y unas pobladas cejas del mismo color.

Con gran cuidado moví a Erika de mi cuerpo que con cansancio trataba de levantarse de la cama, y que luego en solo apenas unos minutos ya me encontraba totalmente aseado y vestido con la ropa de trabajo, camine hacia el espejo de cuerpo completo que estaba colgado en la pared y acomode el cuello de mi abrigo.

Me acerque a pasos lentos hacia la cama y con las gruesas sabanas tape el pequeño cuerpo que descansaba sobre esta, acaricie su cabello y deje un casto beso sobre su frente.

-Mila vendrá muy pronto, así que duerme cariño- sonreí al pensar en lo feliz que estaría Erika al verla, escuche como ella soltaba unos quejidos y balbuceos, para luego darme la espalda y continuar durmiendo.

Al salir de la habitación los golpes en la puerta llamaron mi atención, fui hacia allá y al abrirla me encontré con Mila, enseguida le saludé y baje rápidamente hacia el estacionamiento, distinguí mi auto negro entre los demás y me acerque.

Solté un largo suspiro mientras conducía hacia la universidad y observaba que cuanto más me acercaba a mi destino, más alumnos caminaban por las infinitas calles. Pensé que tal vez ahora que trabajaba en lo que tanto me gustaba, sería más feliz sin que Erika estuviera a mi lado, pero todo seguía siendo igual de monótono al salir de casa.

No entendía con claridad porque sucedió esto o el porque me sentía de esta manera, y que aún seguía sin encontrar una razón clara entre las tantas que daban vueltas dentro de mi cabeza, cada día mas saturada por la rutina que vivía. Me asegure de que el auto estuviese cerrado, eche las lleves en mi bolsillo y de mi mano derecha afirmaba un maletín negro algo ancho pero siempre era de gran utilidad al tener esa forma.

Mientras caminaba los alumnos me miraban de una extraña forma, como si con tan solo verme cerca de ellos se alejaban de mí y no los culpaba, digamos que no era el profesor más amable o sonriente, trataba a todos por igual y de la misma manera, y ellos consideraban eso como algo malo o desagradable.

Mi ceño se frunció aún más que antes al pensar en eso, levanto rápidamente la muñeca para ver la hora, recién eran los 08:30, aún tenía unos treinta minutos para revisar la tarea que había dejado y algunos exámenes que debía entregar hoy en la tarde, fui hacia mi oficina con la cara de fastidio que todos veían pero si ellos supieran en el hombre algo torpe que me convertía solo para hacer reír a mi hija, no creerían ninguna palabra que saliera de mi boca.

-Señor Nikiforov- escuche como la puerta se abría y la asistente del director entraba, dejando unos papales sobre mi escritorio- son los nuevos alumnos que estarán en sus clases, para que les ayude a repasar la materia pasada.

-No te preocupes, ¿son de primer año algunos?- pregunte y seguía revisando los exámenes.

-Así es- me respondió de inmediato, asentí ante sus palabras y ella se marchó.

Con detenimiento observe por la ventana, me levante de la silla y la cerré rápidamente al ver como unos alumnos se acercaban, cada vez más evitaba hablarles aunque fuese su profesor, solo les dirigía algunas palabras cuando era estrictamente necesario, apoye mis codos sobre el escritorio y escondí mi cabeza entre mis manos, con un dolor punzante en las sienes de mi cabeza, con mis dedos helados y pálidos las toque, como si haciendo eso aliviara el dolor.

Revise la hora y con un montón de papeles entre mis brazos salí de la oficina, camine hacia la sala que me tocaba el día de hoy, al entrar habían apenas unos dos o tres alumnos conversando, los ignore y continué haciendo lo mío, busque en el maletín unos plumones y los deje sobre el mesón.

Warm Rain [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora