Capitulo 4

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A pasos apresurados corrí hacia el baño para bañarme, en el proceso más de una gota de shampoo me cayó al ojo pero eso poco importaba, se supone que la primera clase es a las 09:10 y ya eran las 08:50, me demoraba más de treinta minutos en llegar a la universidad, y por esa misma razón siempre me levantaba temprano, gracias a los golpes en la puerta y las llamadas de Mila desperté, o si no seguiría acostado sin ningún preocupación.

Cuando ya estaba listo y vestido, saque del refrigerador una caja de leche mientras que caminaba hacia mi cuarto para despedirme de Erika, me agache un poco al ver que aún seguía durmiendo en la cama, deje un casto beso en su mejilla y me despide rápidamente de Mila moviendo la mano, y salí corriendo del tranquilo departamento.

Baje de la misma manera las escaleras, corriendo como loco para llegar a tiempo al trabajo, como pude logre conducir el auto y casi volé para llegar al aula, ni siquiera me fije en si habrían estudiantes adentros, simplemente entre y deje las cosas sobre el escritorio, para nuevamente revisar la hora.

Eran las 09:10, había llegado justo a tiempo por suerte.

Por fin después de más de cinco minutos, levante la vista casualmente y me encontré con esos ojos café brillando con intensidad, dirigí mi vista hacia los papeles desparramados que se encontraban sobre el escritorio, sentía como una sensación extraña se apoderaba de mi cuerpo, y al parecer era torpeza, pues los papeles se me terminaron cayendo al piso.

Fruncí el ceño y sin ganas lo tome, los leí rápidamente y comencé a hablar al ver como la mayoría de los asientos frente a mí ya estaban con los alumnos de la clase de hoy, cuando estaba a punto de hablar una fuerte punzada se sintió en mi cabeza.

Solté un gruñido de dolor y lleve mi mano a donde tenía las vendas, había olvidado por completo que aun las tenía puesta al igual que la venda en mi nariz, mi cuerpo se tambaleo un poco y quede apoyado contra la pared, debería ir a la enfermería pero después de esta clase.

Aun con el dolor de cabeza, el estómago algo vacío y mi cuerpo que parecía gelatina, camine hacia el centro del salón, justo frente a la pizarra, salude a los estudiante y empecé la clase con una voz algo apagada. Así fue durante los últimos 45 minutos, la clase duraba menos pero aquello no significaba que no fuese cansadora, ya que ciertos estudiantes empezaban con esos sonidos que no dejaban concentrarme ni dejaba concentrar a los demás dentro del salón.

Cerré los ojos y respire profundamente antes de dar un grito que resonó en el lugar.

-¡Leroy¡- como algunos estudiantes eran nuevos me miraron algo extrañados, pero no me importaba eso, ya estaba bastante acostumbrado a que todos pensaron que era una persona amargada y enojona, aunque en parte era verdad.

-Vaya a la oficina- le dije y voltee nuevamente hacia la pizarra para seguir escribiendo, pero el hablo en su defensa.

-¡Pero si no he hecho nada¡- escuche su grito, y al parecer eso fue el detonante que causo mi furia.

A pasos rápidos fui hasta su lugar, con mi mente que no estaba pensando muy bien.

-He dicho millones de veces que guarden silencio en mis clases, y tu comienzas a molestar hablando a tu compañero de al lado- le miro de reojo al chico castaño y este bajo su mirada rápidamente al toparse con la mía- he aguantado bastante pero ya no más, ve a la oficina.

-No tiene el derecho de gritarme- me hablo ahora sin gritar finalmente, los susurros de los alumnos llenaron la sala que antes estaba en silencio.

-Y tú tampoco, que tengamos la misma edad no significa que deje de ser tu profesor- hable y me dirigí hacia la puerta, abriéndola con mis manos heladas y pálidas para que Leroy saliera de una vez, me miro directamente a los ojos por unos segundos y decidió salir del salón, aun estando enojado cerré la puerta suavemente y volví al centro del aula.

Warm Rain [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora