~El amor es el verdadero misterio.~

184 15 0
                                    

ATENCIÓN. Este no es un capítulo oficial, por tanto no está ambientado en la misma línea de tiempo de la historia. Esto pasó aproximadamente días antes del capítulo anterior, así les ayudará un poco a entender la conversación entre Amy y Alec. En la próxima actualización, se retomará por donde fue dejado.

Narra Alec

Camino por un frío callejón de New York con mis manos dentro de los bolsillos. Doy una rápida mirada a mí alrededor y capto movimiento a mi lado.

Suspiro y miro por encima de mi hombro a la sombra que se acerca con una sonrisa nerviosa.

- Deberías estar en casa, Jessie. – Digo, a lo que ella traga saliva.

- Lo siento. Intenté llamarte, pero no contestaste. –Mi teléfono ha sufrido recientemente una muerte intencionada... Lo lancé por la ventana de mi habitación en una pelea con la bruja de Sidney. – Así que fui a tu trabajo y Skay dijo que acababas de irte, así que alcancé a verte caminando.

- ¿Y decidiste seguirme en vez de llamarme por mi nombre como una persona normal?

- ¡No te estaba siguiendo! Primero iba a ver hacia dónde vas y luego te llamaría, pero como ves no pasé de medio metro. – Resoplo.

- Ve a casa, Jess. – Murmuro. – Sabes que mamá se molestará sí se entera de que estás conmigo. – Desvío la mirada. No puede ser que no pueda pasar tiempo con mi propia hermana, pero entiendo a mamá. Yo tampoco querría que mi hija estuviera con el asesino de su propio padre.

- Lo sé, pero sí ella no se entera no pasa nada. Tú no vas a decirle. – Aunque quisiera, hace años que no hablamos, sé de ella y Jess por Violet, mi nana.

- No puedes mentirle, Jessie, por favor ve a casa. – Me doy la vuelta dispuesto a seguir mi camino.

- ¿Cuánto tiempo seguirás ocultándote, Alex? – Me detengo y no tengo el jodido valor de mirarla. Con sus 15 años, Jessie es capaz de causarme más remordimiento que cualquiera en mi vida. – No fue tu culpa, ¿Okay? – Trago saliva.

¿Cuándo? ¿Cuándo podré ser un buen hermano para Jess? Cada vez que intento estar con ella, la apartan de mí. Y cuando deseo ser yo el que la consuele y guíe, termina siendo todo lo contrario.

-Vuelve a casa. Violet ha de estar esperándote. – Sigo caminando y esta vez no intenta detenerme.

Sí tan solo ella no tuviera que pasar por esto, tal vez eso me quitaría algo de culpa. Pero no solo me condené a cargar con la muerte de Karl Winsley, sino también a la decepción y el miedo en los ojos de mi madre, a la súplica y el inalcanzable amor de Jessie y a la compasión justificada de Violet.

Antes era menos complejo sobrellevar esto, porque la tenía a ella. Con Caroline todo resultaba ser tan fácil, podíamos hablar de lo que fuese y comprendernos sin esfuerzo. Ninguno de los dos tenía mucha esperanza, pero cuando estábamos juntos la vida se sentía más colorida, más compasiva... Nos sentíamos menos desdichados, porque ella era mi mundo y yo el suyo.

Pero después de eso... Sencillamente ya no había nada que amar, ya no había nada en lo que tener esperanza.

-¿Cómo te llamas? – Me giré para observar a la pequeña niña de ojos azules que me observaba con curiosidad. Tenía cabello negro y rizado, como su hermano.

- Alexandre. – Respondí, volviendo a centrarme en el libro de colorear frente a mí.

- Yo me llamo Caroline, y en unos días cumpliré 11 años. – La miré, preguntándome por qué no me dejaba colorear tranquilo.

Te Enseñaré A AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora