2. Espejito, espejito, ¿Quién fracaso en el camino?

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Narra Amy

Abro los ojos lentamente, siendo consciente de la cegadora luz que se cuela por la ventana me doy la vuelta tanteando el lugar a mi lado mientras ignoro la alarma.

Nada. Me incorporo frustrada y maldiciendo a Gabriel entre dientes.

Tres mañanas, tres jodidas mañanas en las que despierto y no está. Prefiere huir antes que enfrentarme. A veces es tan dramático...

Claro que planeaba decirle lo de New York... En algún momento.

Suelto un suspiro. Creí que con el tiempo podría ajustarme a él, pero los días siguen pasando y yo me alejo más, y sé que Gabriel es consciente de ello. También sé que debería dejar de caminar en círculos, no es justo para él... Pero sí lo dejo, ¿Qué pasa después? ¿Consigo a un chico de la universidad con el que no llegaré a nada serio? Con Gabriel tengo un futuro... Sí él no llega jamás.

Estaría decepcionado. Conoció a la Amy temeraria, la que podía mandar todo a la mierda, la que millones de veces le demostró que no dejaría que la humillaran, la que le importaban las personas que amaba... Y así fue hasta que la que ocupaba el número 1 en esa lista se fue. Me pidió que viviera, y en estos 5 años no lo he hecho, he vagado por el mundo como un espectro, esperando la chispa que me hará volver a la vida...

Nunca pensé que llegaría a los 20 años sin saber qué pasaría con mi vida. Sí, tengo una carrera universitaria, pero ¿Y qué? ¿De qué me sirve un jodido cartón que certifica ser una Criminóloga sí mi vida no es plena?

Toques en mi puerta me hacen salir de mis pensamientos. Tal vez Gabriel olvidó algo...

Me levanto a abrir encontrando a Courtney, podría ser mi mejor amiga sí tuviera que identificarla.

-¿Qué haces ahí? Faltan 1 hora y tenemos la primera clase con el Sr. Perts. – La dejo pasar mientras ella parlotea sobre eso.

Dato curioso sobre Courtney Peterson: Odia llegar tarde y odia que sus padres la reprendan, así que se esfuerza excesivamente por parecer perfecta... Pero como se imaginan, está muy lejos de eso.

-Me quedé dormida. – Respondo, sin intención de agregar nada.

- Pues mueve el culo, y ve a arreglarte. – Asiento y me dirijo a mi habitación con ella detrás de mí. - ¿Dónde está Gabriel? Hace tiempo no lo veo.... – Ni siquiera me molesto en advertirle que Gabriel es mi novio. Ella lo sabe, pero no la culpo, Gabriel es uno de esos chicos en peligro de extinción.

Guapos, educados y sexys. ¿Quién no quisiera eso? Pues sí, yo.

Mis gustos son más de: Ardientes, sexys y amargados sin remedio.

-Estamos... Peleados, creo. – Digo entrando al baño y cerrando la puerta. La escucho recostarse en la misma.

- ¿Qué le hiciste? – Pregunta, lo que me saca una mueca.

- ¿Por qué tengo que ser yo?

- ¿Fue él?

- No.

- Entonces no te quejes y responde.

- No le dije que voy a New York. – Empiezo a ducharme escuchando su voz.

- ¿Por qué? Creí que querrías ir con Gabriel. Es decir, debería ser él quien no quiera ir contigo. ¡Osea, míralo! Hasta una maldita monja querría cogérselo. – Trago saliva dejando que el agua caiga por mi cuerpo.

- Yo sí quería que fuese conmigo...

- Engáñate.

- ¡Estoy hablando en serio, Courtney!

Te Enseñaré A AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora