32. Todos están cansados de luchar.

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Narra Aaron.

Me iba a ir. En serio pensaba hacerlo... Pero no podía dejarlos solos.

No soporté la idea de salvarme.

No soporté la idea de ser un egoísta.

Y por eso lo vi, gracias a que no hui pude ver a Dylan salir de allí y correr mientras marcaba un número con desespero.

¿Dónde está Amy? ¿Dónde está Skay?

Quise quedarme a averiguarlo, pero antes de que pudiera procesarlo, mis piernas ya corrían hacia Dylan, intentando alcanzarlo a pesar de que este me llevaba casi una calle de distancia.

-¡Dylan! – Le grito, y es cuestión de segundos para que se detenga de golpe y voltee.

-¡No! ¡Vete a casa! – Alcanzo a verlo con claridad. Los ojos rojos por las lágrimas que debe estar aguantando, las manos temblando violentamente y la expresión de frustración. - ¡El único que falta eres tú y no quiero pasar por eso!

- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás...? – Intento preguntar cuando ya he logrado llegar hasta él, pero niega tomándome de ambas muñecas.

- No me hagas elegir entre tú y ella, Aaron. – Juraría que mi corazón se detiene, porque creo entender su desesperación, pero aun así, con la voz temblando tanto como mi cuerpo, me atrevo a preguntar:

- ¿Por qué?

- Porque los escogería a los dos antes que a mí mismo. – Y entonces lo entiendo, ya sé a qué va. Ya sé por qué me ha pedido que me vaya.

- Dylan... No. – Él intenta soltarse, pero me niego, tomándolo de los antebrazos.

- Cassie iba a morir. Pero, he logrado que no sea así...

- ¡No lograste nada!, vas a cambiarla por tu vida. – Mantengo contacto visual con él y niego. – No voy a dejarte.

- ¡Es Cassie, Aaron! Ambos haríamos lo que fuese por ella, ¿No? Van a perseguirla hasta llevarla a esa maldita cabaña y matarla.

- Nunca he sido egoísta, Dylan, siempre estaré dispuesto a hacer lo que sea por quienes quiero, pero lo haré contigo a mi lado. Amo a esa chica, pero sí el costo eres tú...

- Lo siento... Pero no voy a perder a nadie más.

- ¡Yo te perderé a ti! – Como puede, se suelta y retrocede negando.

- Lo sé, y odio hacer esto porque sé que vas a sufrir, pero... Estoy cansado de ver a gente morir sin hacer nada, estoy cansado de librar batallas de violencia y sangre.

- ¿Y qué hay de mí? Eres el único capaz de hacerme librar la peor batalla.

- Lo superarás, sé que sí. – Suspira y me da una sonrisa forzada. - No me odies... – Y entonces, en el frío silencio de mi cabeza le digo que ojalá él no me odie a mí.

Dejo caer mis brazos y fijo mi vista empañada en el suelo, Dylan me rodea superficialmente y deposita un beso sobre mi cabeza que por un momento, me hace caer en cuenta de lo que voy a causar.

- No estoy dispuesto a dejarla morir... - Susurra, y saco la jeringa con el tranquilizante que fui incapaz de usar con Skay.

- Pero yo sí. – Se la inyecto rápidamente y es cuestión de segundos para que el peso de su cuerpo caiga sobre mí.

Suspiro y me siento en una banca con él mientras llamo un taxi que no tarda más de dos minutos en llegar. Me invento una excusa para el conductor y logro subirlo al auto.

Te Enseñaré A AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora