Patronus-Los recuerdos de R.J.Lupin [✔]

Expecto patronum-final

« Oh, no puedes decirme que no vale la pena intentarlo. No puedo evitarlo, no hay nada que quiera más. Lucharía por ti, mentiría por ti, caminaría por la cuerda floja por ti, moriría por ti... Sabes que es verdad. Todo lo que hago, lo hago por ti»

Everything I Do, I Do It For You -Bryan Adams

La orden del fénix se había vuelto a reunir, Harry estaba en Hogwarts y con ello la batalla daría comienzo en cualquier momento. Hizo aparición en «Cabeza de puerco» y tocó a la puerta. Un hombre un poco más alto de lo que era el profesor Dumbledore, lo recibió. Tenía el mismo color de ojos, el mismo color de cabello y la misma barba, solo que él, tenía una mirada mucho más dura.

—Adelante, adelante—se cercioró de que nadie los haya visto y cerró la puerta.—Lupin, ¿No?

—Asintió—Necesito entrar a Hogwarts... La batalla en cualquier momento...

—Si, claro, claro. —dirigió su mirada a un retrato que colgaba sobre la chimenea—Acompáñalo—La joven del retrato asintió, dejando al descubierto un pasadizo.

En el momento en que Lupin iba a subir, arrugo el ceño y fijó su mirada en aquel hombre.

—¿No vendrás, Aberforth?

—Debo esperar algunas personas más, luego iré.

Remus asintió murmurando gracias y el retrató se cerró. Remus alzo su varita a la vez que la punta de esta se encendía, iluminando el pasadizo por el cual caminaba y que tantos recuerdos le traían. Sonrió con nostalgia con cada paso que daba, los rostros de James, Sirius y Lily inundaban su mente. Esa noche, pelearía por ellos, por dejar un futuro próspero a su hijo Teddy y.... a Mary.

Mary Macdonald, la única mujer que había amado en toda su vida y que, rogaba a Merlín que no se encontrara en el castillo. Se odiaría a si mismo si algo le sucediese esa noche. Remus trató de disipar todo mal pensamiento, a la vez que llegaba hasta la salida y observaba que algunos miembros de la orden ya habían llegado.

—Remus, ¿Qué haces aquí? —Kingsley se acercó a él y lo abrazó—Deberías estar con Tonks y tu hijo.

—Ellos estarán bien. Están con Andrómeda. Esta noche la orden me necesita—sonrió débilmente.

Kingsley asintió a la vez que todos salían de la sala de menesteres. Caminó por los pasillos de aquel colegio, y los recuerdos de sus amigos volvieron a inundar su mente, solo que esta vez unas pequeñas lágrimas amenazaban con salir. Limpio con una de sus manos su rostro, y volvió su mirada al frente, enfocándola en una cabeza rubia que caminaba junto a un hombre de cabello castaño. Remus arrugo levemente el ceño y aceleró el paso, hasta alcanzar a la pareja.

—¡Mary! —La rubia giró junto a John. El rostro de él se había vuelto duro, lo observaba con el ceño fruncido, pero ella, por un momento su rostro se iluminó a la vez que una pequeña sonrisa aparecía en sus labios.

—¡Remus!—los dos se abrazaron bajo la atenta mirada de McGregor— Deberías estar con...

—¿Tonks y Teddy?—ella asintió—No, no podría al saber que tengo la posibilidad de terminar de una vez con todo sufrimiento.

Mary lo observó atenta, la mirada de Remus seguía siendo la misma que conoció hace ya mucho tiempo. MacDonald le sonrió débilmente a la vez que su mano poco a poco se acercaba a la mejilla de él, pero antes de acariciarla, John la detuvo.

—¡Mary, ya es hora! —McGregor la tomó de la mano apretándola de forma delicada y arrastrándola con él hacia el gran comedor.

Remus como Mary se observaron por última vez, dejando en el aire todas las palabras que quisieron decirse en aquel momento pero que no fueron expresadas. El castaño arrugo el ceño al ver que McGregor se llevaba a la rubia de esa forma, pero no discutirá, no era el momento para hacerlo ya que la segunda guerra contra Lord Voldemort estaba por comenzar.