Lunático con gripe

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Remus se sentía exhausto, todo su cuerpo le dolía y de vez en cuando escalofríos recorrían toda su espina dorsal. Además, no tenía ánimos de nada, ni siquiera de levantarse de la cama y buscar algún sweter para el frío. De forma desanimada, se acurruco aun mas en la cama, cubriéndose hasta el cuello.

—Remus cariño, ¿Ya estas listo?—inquirió Mary entrando de forma apresurada, pero al ver a Remus aun en cama, arrugo levemente el ceño y se acerco a él—¿Qué ocurre?

—No podré acompañarte, amor—su voz era débil. Tosió un poco y agregó—Me siento horrible.

Mary poso su mano sobre la frente de Remus y arrugo mucho mas el ceño.

—¡Por Merlín!, estas ardiendo en fiebre—suspiro—Me quedaré contigo.

—¡No!, debes ir a la entrevista—exclamo Remus con tono de voz un poco mas alto—Tu sueño es trabajar en El Profeta.

—Bueno, podría enviar una lechuza excusándome. Mi prioridad eres tu ahora. No te dejaré solo en ese estado

—Cariño, puedo estar solo por algunas horas—respondió con tono débil—Solo ve a la entrevista tranquila.

—Te preparare un poción para la gripe. Ya veras que en unas horas te sentirás mejor—respondió sonriendo. Se acerco a la frente de Remus y deposito un beso, ignorando lo dicho por su novio

—Por favor Mary, solo ve. En serio, puedo quedarme solo

En ese momento tocaron a la puerta, Macdonald observo a Remus buscando alguna explicación pero el licántropo negó la cabeza. La rubia tomo su varita y con una mirada de advertencia le sugirió que se quedará quieto. Camino hasta la entrada, y sin abrir la puerta, hablo.

—¿Quién es?—preguntó con voz firme ella

—Soy Sirius, Macdonald

—¿Qué fue lo que te dije en el parque, cuando te saque la fotografía en el día de tu cumpleaños?

—Que podría trabajar como modelo muggle.

Mary abrió la puerta y dejo entrar a Sirius rápidamente para luego cerrar la puerta. Mary al observarlo lo abrazó y soltó un suspiro, lo cuál provoco que sus músculos se relajaran.

—Fue demasiado rebuscada tu pregunta Mary.

—Mucho mejor así,—respondió deshaciendo el abrazó y caminando hasta la habitación en donde se encontraba Remus, seguida de Sirius.

—No esperábamos tu visita

—¿Visita?—inquirió con extrañeza caminando junto a la rubia.—Yo vine a buscar a Luna…— pero Black al ver a su amigo en cama, acurrucado como si fuera un niño pequeño, le causo preocupación.—Lunático, ¿Estas bien?—pregunto sentándose a los pies de la cama

—Hola Canuto—negó con la cabeza— me siento horrible, estoy con gripe

—Y yo que venía por ti para ir a ver a James.

—Lo siento…—murmuro Lupin decaído

—No te preocupes—le sonrió—Macdonald, ¿Tu no deberías estar en la entrevista para El Profeta?—inquirió Black posando su mirada en ella

—Si, pero no iré. Debo quedarme cuidando a Remus.

—Cariño ya te lo he dicho. Puedo quedarme solo—respondió Remus arrugando levemente el ceño, para luego toser y hacer una pequeña mueca.

—Ya te eh dicho que…

—Iras—la interrumpió Sirius levantándose y girando hacia ella—ve, yo me quedo con Lunático—sonrió

—¿Alguna vez has cuidado a alguien que no sea a ti mismos?—pregunto ella levantando ambas cejas

—¿Por quien me tomas?—se cruzo de brazos

—Por nadie, mas que a ti mismo, por eso le pregunto—respondió con una sonrisa, causando una leve confusión en Black, quien arrugo el ceño.—Cariño…

Remus sonrió débilmente y asintió. Mary le sonrió de vuelta lanzándole un beso y volvió su mirada a Sirius, quien mantenía el ceño fruncido.

—Bien, te dejaré dinero para que compres la poción para la gripe. Puedes ocupar mi lechuza, si lo pides ahora, no demorará en llegar.—Mary tomo su bolso y varita y salió de la habitación, seguida de Sirius

—Esta bien—asintió Sirius escuchando a la rubia atentamente—¿Algo mas?

—Si. Prepárale un te con limón endulzado con una cucharada de miel. Que lo beba tibio—respondió ella a la vez que tanteaba su ropa en busca de su monedero

—Bien…

—Oh, y una cosa mas.—dijo a la vez que sacaba dos galeones y se los entregaba a Sirius—Cualquier cosa que suceda, me avisas de inmediato

—Macdonald, tranquilízate. Nada sucederá.

(…)

Remus bebió de la taza que le había entregado su amigo, pero al sentir el sabor, lo escupió rápidamente.

—¡Sirius esto esta horrible!—exclamó el licántropo quien ya se sentía algo mejor, gracias a la poción que Sirius había comprado vía lechuza.—¿En serio es té de limón?

—Si, Lunático. Y agradece que te lo preparé—respondió apuntándolo con su dedo—me fue difícil preparar los limones…

—¿Preparar los limones?—pregunto curioso el licántropo, observando como su amigo jugaba con sus manos, que aun estaba de pie frente a su cama—¿Qué hiciste…—Pero Remus no pudo terminar de formular la pregunta cuando en su mente ya tenia la respuesta. Lupin abrió los ojos sorprendido—¡Sirius!

—¿Qué?—preguntó sin comprender nada.

—Los limones se exprimen, ¡Se exprimen! Y se corta una rodaja de limón, mas nada—exclamó—¿Podrías haberlo hecho con magia.

—No se ningún hechizo de cocina…—murmuro por lo bajo Black, pero siendo oído muy claramente por Remus.

Lupin suspiro y bajo la mirada por un momento para luego sonreír resignado. Se levanto de la cama ante la atenta mirada de su amigo, a la vez que Remus pasaba por su lado y se dirigía a la cocina.

—Lunático, espera. No vayas….hum… lo que necesites puedo ir yo—sonrió de forma nerviosa.

—No te preocupes, ya me siento mejor.—respondió observándolo con curiosidad

Remus camino hasta la cocina y al llegar su mirada cambio de forma abrupta. No podía creer lo que observa, toda la cocina era un caos, como si  hubiera pasado un huracán por aquel lugar sin él haberse percatado. La cosa estaba así. Tazas quebradas, platos insertados en las paredes, agua corriendo por el mesón…Y el caos seguía.

—¿Qué significa esto Sirius?

—Si, bueno…—comenzó a rascar su nuca e hizo una mueca—ya te mencione que no se ningún hechizo de cocina…

—Trae mi varita ahora, ¡Canuto!. No quiero que Mary…

Pero al mismo tiempo en que Sirius corría a la habitación de su amigo, Mary entraba a la casa. Al ver a Remus de pie, le dio un pequeño beso en los labios para luego sonreír. Pero aquella sonrisa rápidamente desapareció del rostro de la rubia, al ver su cocina como si el mismísimo calamar gigante hubiera intentado cocinar.

—¡Sirius Black! Y tu, Remus Lupin. —exclamó apuntándolo con su dedo de forma acusatoria.—¿Podrían decirme, que sucedió aquí?

—Pues…—comenzó a vacilar Sirius, a la vez que le entregaba la varita a Remus

—Canuto no sabe hacer té de limón, cariño—respondió el licántropo con una mirada de cachorrito y culpabilidad, hacia su novia.

Patronus-Los recuerdos de R.J.Lupin [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora