Suspire mientras mordía la lapicera
Mateo y Camilo tenían hora libre, ya que su profesor no había llegado, por lo cual, ambos estaban en mí salón, a causa de que la preceptora no los podía cuidar
¿Qué implicaba el hecho de que estén acá?
Que usen el maldito control mientras se cagan de risa en el fondo.
-¿Qué te pasa?, Pareces una lombriz- se rió Belén
-Camilo y Mateo- suspiré agarrándome del borde de la mesa
--¿Qué pasa?- preguntó
-tengo un consolador metido y lo controlan con un control - explique suave pero me callé al sentir la vibración más fuerte, respiré ondo y me di vuelta como pude, para mirarlos y hacerles señas.
De la nada se escucharon las carcajadas de Belén a lo de la profesora levanto la vista de la carpeta para seguidamente mirarnos y levantar una de sus cejas
Negamos en forma de disculpa y volvimos a bajar la cabeza, yo mordiéndome el labio por las vibraciones y Belén tratando de aguantar la carcajada.
-a vos sola te hacen estás cosas- susurró riéndose
Puse mis ojos en blanco y levanté la mano
-profe, ¿Puedo ir al baño?- pedí de última chance, sonreí cuando asintió y salí lo más rápido que pude.
A mí sola se me ocurre dejarme.
Me senté en la mesada del lavamanos respirando agitada.
Te quejas y bien que te gusta.
Pensé sola y me reí.Me voy a vengar, no se esperan lo que viene, mientras tanto, vos a secarme un poco porque ya casi me parezco una canilla.
Al bajarme de la mesada la puerta del baño se abrió.
Justo hoy tiene que romperme las pelotas.
- así que los dos juntos...- hablo Vanina, la loca más pesada de la secundaria
- así que siempre con la concha seca...-le sonreí falsa
-ay dios, que ordinaria nena- negó y me reí- escúchame, aléjate de los dos o juro que vas a sufrir-
Sin poder contenerlo largué la carcajada acercándome a ella
-si no dejas de romperme las pelotas cuento lo de Martín, no me vuelvas a hablar- susurré enroscando suavemente un mechón de su pelo en mí dedo y largando lo con asco.
Salí del baño enojada, pero se me pasó al ver a los dos apoyados en la pared.
No me voy a poder alejar nunca de estos dos.
Les sonreí cansada y me acerque abrazándolos, cada uno con un brazo.
Apoye mí cabeza en el hombro de Camilo, mirado a Mateo
-¿ Estás cansada?- susurró riendo mateo mientras acomodaba mí pelo, asenti poniendo mis ojos en blanco y mordía mis labios.
-ya no jugamos más, cuando salimos de acá vamos a la casa del negro- hablo ahora Camilo y beso mí cabeza, asenti separándome de ellos y empezamos a caminar para volver a entrar al salón.
Necesito dormir.
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Holiss, ando desparecida, ya sé, di positivo en covid y bueno, ando mal
Les voy a confesar algo: cuando tengo un capítulo ya empezados, aunque sean dos palabras me dan ganas de seguirlo, pero cuando lo tengo que hacer de cero me da mucha flojera, por eso la mayoría de veces escribo dos cosas y lo dejo.
Pero nada.
No se olviden de votar, comentar y todo eso💛
Besos en la cola
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Somos Tres. - Trueno
FanfictionMateo, Camilo y yo Camilo, yo y Mateo Amar a dos hombres ... Es posible, créanme