Somos Tres. - Trueno

XVIII

Me despedí con un beso de Mateo y caminé a la casa de Camilo quien me estaba esperando.

Pasé por un kiosco a comprarme un chupetín y seguí

-hola bonita- susurró el pelinegro mirándome de arriba a abajo, no puede estar tan bueno el hijo de puta

-hola lindo- sonreí dándole un pico después de sacarme el chupetín de la boca

Al entrar de una vez me apoyó en la pared y comenzó a darme besos en el cuello

-dame agua puto- pedí riéndome

-amorrr- se quejó y largué la carcajada

- tengo sed- levanté mis hombros, lo alejé con mis dedos y caminé a la cocina sentándome en la mesada esperando a que me sirva agua

Me miró desde la puerta de la cocina y negó mientras reía y caminaba a la alacena a sacar un vaso.

Agarró la botella de la heladera y me dió mí tan ansiado vaso de agua. Lo tome mientras Camilo se posicionaba entre mis piernas abrazándose a mis caderas, apoyando su cabeza en mí pecho.

Al terminar lo deje en la batea y acaricié su cabeza.

-te extrañé- susurró escondiendose en mí cuello dejando besos suaves

-gordo, hace dos días no nos vemos nada más- reí separándome un poco de él para verlo y dejarle un beso suave en los labios, lo miré unos segundos y volví a esconder su cabeza donde estaba.

Sus labios comenzaron a subir a mí mandíbula, mí mejilla y finalmente mis labios, besándome con desespero.

Al final y al cabo había venido para esto y para aclarar, no me quejaba para nada, necesitaba mí dosis de Camilo.

Le sonreí cuando nos separamos. Vuelvo a repetir, qué hermoso es este chabón

Le saqué la remera y volví a atacar sus labios con desespero, moviendo mis manos sobre su abdomen bajando sube al borde de sus boxer que resaltaban debido a que el pantalón que usaba era un talle más grande

Metí suavemente mí mano y apreté su miembro mientras sonreía

Sus manos se deslizaron por debajo de mí remera y desprendió mí corpiño, así cuando se separó de mí me sacó todo junto, sonreí cuando me bajó de la mesada y me dio vuelta Quedando de espaldas a él.

Beso mí espalda y levantó mí pollera dándome una cachetada en el culo.

-como me gusta este culo, la puta madre- susurró apretandolo.

Reí y me apoyé mí pecho en la mesada, sentí como se bajó el pantalón y corrió mí tanga, jugó con su glande en mí entrada y Jadee suave

-dale- susurré esperando que entre

-pedilo bien- hablo besando mí espalda sin dejar de jugar

-metela camilo- gemí

Me aferre al mármol cuando sentí toda su longitud en mí canal, eran embestidas duras y rápidas pero placenteras

Su mano fue a mí clítoris en donde comenzó a estimularlo haciéndome gemir cada vez más fuerte.

Su otra mano se aferró a mí pelo, enredándose en el, llevando mí cabeza hacia él, para así poder besarme aún embistiendome.

QUE HOMBRE.

Grité cuando me vine, mientras que las estocadas de Camilo se aceleraban sabiendo que se venía en cualquier momento.

Caí cuando en la última soltó todo y se aferró a mí espalda.

Salió suave y me dió vuelta para darme un beso, cansada salte sobre él y enrolle mis piernas en su cintura.

-¿Vamos a bañarnos?- pregunto besando mí hombro.

Asentí escondida en su cuello y comenzó a caminar a dicho lugar.

Me puede tanto.

⚡⚡⚡🐥🐥⚡⚡⚡

El próximo es una bomba Chikis ah