XXI

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Salí de casa con el culo en las manos, sin saber que decir ni que hacer, con miedo a lo que se me venía.

Caminé despacio, mirando el piso.

Metí mis manos en la campera que me había puesto y las abrí en mí estómago, haciendo círculos con mí dedo.

"Puta, rechuncha, madre del espíritu Santo y todos los dioses" pensé mirando la puerta del morocho, sacudí la cabeza y golpeé la puerta.

Al abrirse Mateo me sonrió y abrió sus brazos, esperándome. 

Corrí a él y me escondí en su cuello, sin saber si después de lo que le iba a decir iba a poder volver a hacerlo, besé suavemente esa zona y dejé un pico en sus labios

-hola bonita- sonrió, beso mí frente y se corrió de la entrada.

Pasé al living donde Camilo estaba con la play y otra vez, sin pensarlo me tiré en su espalda cayendo para el costado aún abrazada a él.

-hola linda- sonrió el pelinegro y dejó un beso en mí boca, pare seguidamente seguir jugando

-vení- me llamó mateo desde el sillón individual mientras palmeaba sus piernas

Dejé la mochila al lado de Camí y me senté sobre mateo, haciéndome una bolita en su pecho, mientras miraba el televisor

-¿Qué te pasó ayer?- susurró mientras me abrazaba

-nada- negué mirándolo

-algo pasó-

-si, pero lo hablamos más tarde- negué escondiendome en su cuello antes de llorar.

Al ver qué Camilo terminó la partida me levanté de Mateo ya que le tocaba a él.

Claramente intercambiaron el lugar y ahora estaba arriba de Camilo quien me besaba repetidamente las mejillas.

-te amo, te amo, te amo- susurró entre los besos y reí

-cortala- lo reté mirándolo sería y me reí al ver qué cruzó los ojos -no se puede con vos- negué mirando a Mateo jugar mientras reía

-dejame ser- habló apretandome fuerte contra su pecho

- basta tarado - carcajee

-bueno me calmo- sonrió, me dio un pico y nos acomodamos bien para ahora sí, quedarnos quietos esperando a Mateo.

-ayer estaba en casa, haciéndome una milanga y mamá me mandó a buscar no sé qué mierda en el patio, salí enojado porque no quería y como boludo me choque el ventanal que separa la galería de la parte del pasto - contó indignado Camilo mientras acariciaba mis piernas.

-a vos te pagan por boludo- se rió mateo moviendo los dedos rápidos en el joystick

Así mueve los dedos conmigo, no saben lo lindo que es la puta madre.

Me empezó a latir fuerte el corazón cuando vi que el juego terminó, ya es hora

Somos Tres. - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora