XXXII

1.3K 67 6
                                    

*Narrador omnisciente*

Mientras Camilo y Belén trataban de dar con el paradero de su tan amada Avana

Mateo miraba ese número tal molesto volviendo a llamar

-¿Qué mierda querés?- contestó cansado de estar como perro faldero.

-epa chiquito, acá con respeto porque cagamos todo en un minuto- hablo del otro lado esa voz tan conocida para el, al fin y al cabo hace tiempo estaba arrodillado frente a aquella persona

- ¿Qué necesitas?- habló más calmado mordiéndose las uñas

-que hagas lo que tenés que hacer, a la nena la tengo yo, ya vamos a ver cómo siguen las cosas- susurró riendo sin gracia aquella persona y finalizó la llamada, dejando a Mateo mudo.

Su "ex" pareja de sexo estaba con esa mierda.

Su "posible" hijo o hija estaba en sus manos.

Sin saber que hacer dejó caer el celular, quien en cuestión de segundo estalló su pantalla.

Sus rodillas chocaron contra los fríos cerámicos de su piso, llevó sus manos frente a su cara, tocándosela, pensando que tal vez era un sueño

Y qué la mierda que lo había llamado no existía, que seguía en aquella cama con Avana y Camilo, después de una buena jornada de sexo.

Y mientras Mateo pensaba en todo aquello que había hecho mal, sabía que tal vez y solo tal vez, aquella morocha de ojos claros no iba a volver a su lado.

Era su maldita culpa y aún lamentandose en su habitación, Camilo y Belén seguían en su búsqueda, hablando con miles de personas para encontrar a alguien que pudiera rastrear su celular.

Con el culo en las manos, pensando en lo peor que se podía pensar.

Teniendo miedo de que mañana sean ellos quienes salgan al noticiero pidiendo justicia por su tan preciada Avana.

De más está decir que ese sufrimiento y dolor eran los mismos sentimientos que tenía nuestra protagonista

Estaba sola.

A Abril y a Alejandra las habían venido a buscar, llevándolas sin ningún esfuerzo.

Luego de una gran charla las 3, le explicaron que poner alguna oposición o queja no iba por buenos lados y siempre ibas a salir perjudicada.

Su cuerpo había sido tocado, besado y escupido por 3 hombres desconocidos, 3 hombres que gozaron de ella.

Claro está que se sentía desbastada, sucia y una mierda.

El dolor en su estómago incrementaba, sin saber el porqué.

Pequeñas manchas de sangre aparecian luego de la salida de los miserables que la tocaban.

¿Su terror más grande? Su embarazo.

Sabía que si habría la boca iba a ser para peor, las chicas le habían contado que a cada chica que llegaba embarazada les hacían un aborto. De más está decir que solo pensar en eso le revolvía el estómago

Se sentó en la esquina de la habitación, viendo cómo su ropa estaba esparcida por toda la habitación, el último hombre habia salido hace minutos, dejando a Avana, con un dolor de alma, abdomen y vaginal.

Tal vez sabía lo que le esperaba, sin querer aceptarlo.

Cerró sus ojos y se desconecto del lugar en donde estaba en segundos.

Le sonrió al cielo y se vió a ella misma.

Sola.

Al fin y al cabo siempre había estado sola.

⚡⚡⚡🐥🐥⚡⚡⚡

Picantovich

Somos Tres. - TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora