*omnisciente *
La vieron caminar por el filo del paredon, tambaleandose un poco pero sin llegar a perder por completo el equilibrio.
Ambos chicos sonreian viendo como carcajeaba cada vez que daba un paso.
La felicidad de la morocha era todo lo que ellos nocesitaban en su vida.
Mateo y camilo eran amigos, hermanos y hasta socios, estaban unidos por y para siempre segun ellos.
Avana era simplemente Avana, amaba a ambos por igual, a veces sentia que ese sentimiento se le salia del pecho, porque no podia evitar sonreír cuando los miraba, no podia evitar ese sentimiento tan lindo que florecia en el pecho cuando ambos la abrazaban por la noche despues de tener una pesadilla o simplemente despues de tener sexo.
Los chicos eran todo para avana, avana era todo para los chicos.
Por eso los 3 habían decidido tomarse un tiempo alejados de todo el mundo, solos, en una casita en el campo, disfrutando del aire puro sin necesidad de estar rodeados por gente tóxica
*Avana*
Caminé hasta los chicos y me senté en las piernas de Mateo escondiendo mi cabeza en su cuello mientras estiraba mis pies a las piernas de Camilo
- los quiero un montón - susurre
-nosotros también te queremos-me apretó contra su pecho mateo y sonreí
-¿saben?-pregunté- a veces me dan ganas de abandonar todo e irme de viajes por todo el mundo
-a nosotros también nos da ganas gorda, pero primero tenemos que terminar la secundaria y después podemos cumplirse todos los caprichos que quieras amor- sonrió camilo mientras me hacía masajes en los pies.
-¿todos todos?- separé mi cara del cuello del ruliento clavando mi mirada en el pelinegro
-todos todos- asintió acercándose a mi dejando un pico en mis labios
-yo también quiero- hizo un puchero el ruliento y riendo le Di un beso.
Me volví a esconder en su cuello y me quedé ahí por un largo tiempo, relajandome por unos segundos, escuchando el ruido de los grillos.
Esto es lo que necesitaba hace tiempo.
Paz, mucha paz
*camilo*
Sonreí mirando a Vana dormida sobre el cuerpo de Mateo, corrí sus pies y me levanté para retirarme un poco, segundos después me puse en cuclillas frente a ella y la levanté de las piernas de Mateo
-la voy a acostar- susurre y el morocha asintió
Caminé por el pasillo de la casa y la dejé en nuestra cama, besé su frente y la tape con una sábana
Acaba era hermosa todo el tiempo y emitía una luz que nadie iba a poder igualar nunca en su vida.
*Mateo*
....-si, la tengo acá, llamame cuando llegues así me voy con vos-....
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BUENAS NOCHES PUTAS
MUCHOS MUCHOS BESOS EN SUS BOCOTAS RICAS(muchos para compensar los que no les escribí en todo este tiempo)Las amo💛
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Somos Tres. - Trueno
Fiksi PenggemarMateo, Camilo y yo Camilo, yo y Mateo Amar a dos hombres ... Es posible, créanme