-¿De qué hablas?- Pregunte muy confundida.
-Sobre lo de buscarte pareja.
-Ah, era eso. Claro que no, solo salimos a tomar un café.
-Pensé que ya no lo veías - No sé si sea mi imaginación pero me sentía en un interrogatorio.
-No lo hacía, me lo encontré de casualidad y como te comente antes, me agrado volver a verlo.
-¿A pesar de que te engaño? - Cuestiono.
-Él... no me engaño... fui yo la que malinterpreto los hechos, todo fue un malentendido - Admití.
-¿A sí? - Inquirió escéptico.
-Sí - Afirme segura - La muchacha con la que lo vi resulto siendo su prima, no era lo que yo creí.
-Claro, su prima...
-No me crees, ¿verdad?... Es en serio, si es su prima, ahora que recuerdo Stuart me había comentado que vendría de visita - Explique, John me miro enarcando una ceja, era obvio que no me creía - Además - Continúe - Yo no tengo porque darte explicaciones de mi vida privada, si me crees bien, y si no, me da igual.
-Jamás te dije que lo hagas.
-Pero me estuviste preguntando.
-No te pregunte nada, solo comente, tú sola empezaste a darme explicaciones.
-Yo...- Me quede en silencio, tenía razón, nunca me pregunto nada, siempre yo quedando como una tonta - Olvídalo - Silencio, abrumador silencio, estaba molesta, confundida, la verdad no sé qué sentía ni que pensaba en ese momento, mi cabeza era un caos, quería salir huyendo y no veía la hora en que llegue mi hermana, es que no lo entendía, hace unos segundos parecía interesado en saber de lo mío con Stuart y luego... y luego me trataba con la más fría indiferencia. Afortunadamente Akemi llego más temprano de lo normal, entonces pude escapar hacía mi habitación, tenía sentimientos encontrados y no sabía qué hacer, me tire en mi cama y enterré mi cabeza en la almohada, entonces deje que las lágrimas corrieran, tenía que desahogarme de alguna u otra forma.
A la mañana siguiente me desperté con un hambre voraz, no había comido nada, aparte de mi desayuno, el día anterior, me levante haciendo una gran esfuerzo por abrir los ojos, la luz del día empañaba demasiado, me talle los ojos y me dirigí al baño, me horrorice en el momento que me vi al espejo, mis ojos estaban muy hinchados, como consecuencia de dormirme llorando, claro está que no podía dejar que me vean así, es por eso que me escabullí hasta la habitación de mi hermana, era la única en la casa que usaba maquillaje, y en emergencias como está me era muy útil. Una vez que mi cara se veía más decente baje a la cocina por algo de comer, me pareció extraño no ver a Akemi, se supone que hoy no tenía clases y estaría todo el día en la casa. Después de haber satisfecho mi apetito, salí afuera, cabe mencionar que era un día bastante frío, adoraba esos días, es por eso que salí a contemplar el cielo un rato. Me senté en el pórtico con una taza de café en mis manos, mire al cielo y en lo único que podía pensar en ese momento era en John, de seguro había salido con mi hermana y en este momento estarían tomándose un café en algún lugar de la ciudad o simplemente paseando abrazados por el parque. Deje salir un gran suspiro cargado de tristeza, coloque mi café a un lado y abrazando mis piernas hundí mi cabeza en ellas. Tenía que olvidar a John a como dé lugar.
-Se enfriara tu café - Su hermosa voz me hizo reaccionar, levante la cabeza y vi a John parado frente a mí, quede observándolo inmóvil, como ya era costumbre, él sonrió y sin decir palabra se sentó a mi lado.
-Si has venido a buscar a mi hermana, puedes irte, ella no está - Le dije con toda la frialdad del mundo. Él me miro y allí se quedó por unos segundos, suspiro y aparto su mirada hacia la calle.
-Estas molesta ¿verdad?
-¿Molesta yo? No tengo motivos ¿O sí? - Pregunte desafiante.
-Bueno... por la extraña conversación de ayer, supongo - Se encogió de hombros.
-No, no estoy molesta, pero pensé que tú sí.
-¿Y yo por que tendría que estarlo? - Pregunto confundido.
-No lo sé, dímelo tú, ayer... ayer te comportaste muy extraño - Musite algo apenada.
-Lo sé, lo siento... no sé qué fue lo que ocurrió, últimamente yo... - Se quedó en silencio, parece que quiso decir algo importante pero se arrepintió.
-Tú... ¿qué? - Lo alenté a seguir. Nuevamente clavo su mirada en mí, detestaba cuando hacia eso porque de pronto me sentía débil, sin voluntad propia, sumisa, era como si me atrapara con sus ojos y me inmovilizara.
-Kate... -Susurro sin dejar de mirarme - Yo... no vine a buscar a tu hermana - Puso su mano sobre la mía - Vine a buscarte a ti.
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Aquel día de otoño (The Beatles)
Romance“Tal parece que mi amor por ti crece y crece, pero tú, mi fruto prohibido, desvaneces y me ofreces tu amistad sin otra excepción”