Capítulo 3

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-¡Hola chicos! Qué bueno que estén aquí - exclame realmente feliz de verlos y me lance sobre ellos dándoles un gran abrazo.

--Y bien, ¿A qué se debe tanta felicidad? - pregunto Paul extrañado por mi calurosa bienvenida

-¿Qué? ¿Acaso no puedo abrazarlos?

-No, digo sí, bueno ven aquí - dijo George abrazándome nuevamente

-Bueno ya, basta de abrazos, entremos - dije abriendo más la puerta para que puedan entrar, cuando lo hicieron se dieron cuenta de la presencia de John en mi sala, él también los miro.

-Ah sí, chicos él es John, el novio de mi hermana Akemi - por alguna razón me costó mucho decir esa frase - John ellos son George y Paul... unos amigos, cenaran con nosotros.

-Mucho gusto - saludo John estrechándoles la mano

-Igualmente - dijeron ellos respondiéndole el saludo con algo de desconfianza, el ambiente se puso algo tenso, algo me decía que no se llevarían bien.

-Bien, siéntense chicos, les traeré algo de beber ¿Tienen sed? - pregunte tratando de eliminar el incómodo silencio

-No gracias - respondió Paul, mire a los demás y ellos movieron la cabeza en señal de negación

-Entonces... yo sí tengo sed, ya vuelvo - les dije y me metí rápidamente a la cocina, entre como un rayo, mi madre y Akemi me miraron muy extrañadas

-Kate ¿qué haces aquí? Ya te dije que nosotras nos encargaremos de la cena, ve a acompañar a John - dijo mi madre

-Tenía sed, por cierto, George y Paul ya llegaron - dije restándole importancia a mi salvaje entrada a la cocina, ni bien escucharon mis palabras, Lety y Roseta salieron cual rayos de la cocina, pude escuchar desde aquí sus cariñosos saludos, en verdad estaban enamoradas. Cogí un vaso y me serví agua, necesitaba relajarme y calmar mis nervios.

-¿Estas bien? - Me pregunto Akemi preocupada - te he notado muy extraña desde que bajaste

-¿Ah? No se dé que hablas, yo estoy de maravilla - respondí con una sonrisa fingida

-Te conozco Kate, a ti te pasa algo - dijo acercándose a mi intimidantemente

-Claro que no, ¿Qué me podría pasar? - respondí nerviosa

-Uhum... después hablaremos bien - me dijo con una mirada despectiva

-Claro, como tú digas - le dije y salí nuevamente hacia la sala. Me sorprendió mucho la escena que encontré, los cinco se encontraban sentados en los muebles, John tocaba la guitarra mientras que Paúl cantaba y Roseta y Lety los observaban embelesadas, yo sabía que Paul cantaba, lo escuche en muchas ocasiones pero jamás le había prestado atención y ahora que lo hacía, quede completamente maravillada, su voz era tan dulce, tan melodiosa, tan llena de sentimiento que estoy segura de que podría ablandar el corazón más duro, con solo cantar, la canción que tocaban los chicos jamás la había escuchado antes pero era hermosa, no hay duda de eso, cuando terminaron de tocar, me acerque a ellos completamente emocionada, pues la canción que habían tocado llego lo más profundo de mi alma.

-¡Chicos eso fue estupendo, no sabía que tocaban así de bien!

-Gracias, no es para tanto, además tú ya nos habías escuchado en otras ocasiones, no sé porque te sorprendes - dijo Paul.

-Sí pero una cosa es escuchar y otra es prestarle atención.

-¿Eso quiere decir que nunca prestaste atención a lo que tocábamos? - pregunto George algo fastidiado.

Aquel día de otoño      (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora