-Roseta, soy tu amiga y sabes que te quiero mucho, necesito que me digas la verdad ¿Qué es lo que está pasando? – Indague, ella me miro sorprendida, de seguro no esperaba que le dijera eso, luego de unos segundos bajo la mirada como si algo la avergonzara – Sabes que puedes confiar en mí – Recogí cuidadosamente algunos de sus cabellos rojizos que colgaban sobre su rostro, ella me miro y pude ver que lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Me preocupe aún más.
-Lo que pasa es que yo… yo… estoy embarazada – Me dijo la pecosa entre sollozos y rompió en un llanto desesperado, sus palabras me cayeron como un baldazo de agua fría, me quede en shock tratando de asimilar lo que acababa de oír.
-Esto no puede ser posible, Roseta tú… no pudiste hacerlo, dime que es una broma por favor – Le dije claramente decepcionada.
-No Kate, qué más quisiera yo que esto fuese una broma. Estoy esperando un bebé – Me dijo tratando de calmarse.
-¡Debiste pensar mejor las cosas! – Me puse de pie - ¡¿Cómo se te ocurrió acostarte con Paul?! Sabes muy bien como son tus padres ¿Te has puesto a pensar en lo que harán cuando se enteren? – Grite alterada, Roseta solo me escuchaba sin dejar de llorar.
-Si decidí contarte esto fue porque necesitaba de tu apoyo, no me digas esas cosas por favor, sé que hice mal, y no sabes lo arrepentida que estoy, sé que te decepcione a ti, a mi familia y sobre todo… a mí misma – Me dijo tratando de limpiarse las lágrimas que no paraban de salir de sus ojos. Tenía razón, ella necesitaba de mi apoyo y comprensión. Me senté de nuevo y deje salir un gran suspiro de preocupación.
-Aun tenías toda una vida por delante – Le dije ya más calmada.
-Lo sé, lo arruine, debí pensar en las consecuencias que traería esto – Reflexiono.
-Roseta tú… ¿Lo hiciste por voluntad propia o Paul te estuvo presionando?
-No, claro que no, fue porque yo así lo quise – Admitió apenada.
-¿Llevan en esto mucho tiempo? – Quise saber.
-No, solo… solo lo hicimos una vez – Musito.
-mmm… - Ambas nos quedamos en silencio, yo estaba muy decepcionada de Paul, jamás pensé que él se atrevería a tal cosa con Roseta, pensé que era todo un caballero, pero ya veo que me equivoque.
-¿Estás enojada conmigo? – Pregunto, tímida.
-No, estoy triste y preocupada. Supongo que se lo dirás a Paul ¿No?
-Para nada, lo mejor será que él no se entere.
-Pero… ¿por qué? – Indagué.
-Porque… tengo miedo de que ya no me quiera y me abandoné – Dijo con la voz quebrada.
-Eso es ridículo, Paul te quiere mucho, sería incapaz de hacer una cosa así, además, tiene que hacerse responsable de su hijo quiera o no – Le aseguré firmemente.
-No Kate, yo no quiero que él se sienta obligado a seguir conmigo solo porque estoy embarazada.
-Tienes que decírselo, él tiene que asumir las consecuencias de sus actos, no estuvo nada bien lo que hicieron y ahora lo dos juntos tienen que superar este problema.
-No lo sé, yo creo que será mejor si él no se entera – Insistió
-¿Por qué estás tan empeñada en que no se entere? – Cuestione y ella se puso extremadamente nerviosa.
-Por nada – Dijo apenas.
-¿Hay algo que no me has dicho? – Insistí, Roseta nuevamente bajo la mirada y se puso a jugar nerviosamente con sus dedos.
-Sé que vas a odiarme y yo… entenderé si decides no verme nunca más.
-Roseta, dime que es lo que pasa, me estas preocupando – Le pedí
-Yo no quiero que Paul se entere de mi embarazo porque… el niño que estoy esperando… no es de él…

ESTÁS LEYENDO
Aquel día de otoño (The Beatles)
Romance“Tal parece que mi amor por ti crece y crece, pero tú, mi fruto prohibido, desvaneces y me ofreces tu amistad sin otra excepción”