Fresas y flores

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Corta el papel, una, dos, ¿tres veces?
Lo desdobla y trata de adivinar en qué parte se equivocó, lo que debería ser un bonito patrón de flores se dobla en formas sin sentido.

Bota el retazo al (considerablemente lleno) basurero y saca otra hoja de papel en blanco, masculla entre dientes mientras recrea los dobleces que muestran en el video y de alguna manera el papel se niega a amoldarse a la forma que le quiere dar.
Una vez que parece estar semejante al tutorial, agarra las tijeras y corta con delicadeza algunos trozos triangulares. Gruñe mientras desdobla el papel con cuidado para no romperlo y observa las toscas flores que se marcaron.

Es un inventor, maldita sea, creó el primer traje de Iron Man en una cueva en Afganistán con materiales rudimentarios y de alguna manera el papel doblado es capaz de patearle el trasero.

Gira el papel mirandolo desde distintos angulos y con un suspiro lo aprueba, ya que como quien dice, la septuagésima octava vez es la vencida.
Coloca pegamento en barra sobre las esquinas y lo presiona contra una hoja de cartulina roja mientras la vena de su frente le palpita con rudeza.
Durante años pensó que se perdía de mucho al no hacer tarjetas de San Valentín para las niñas de la escuela, pensamiento que fue borrado con furia mientras recortaba corazones y los pegaba sobre su nueva creación.

"Es una estupidez" piensa, mientras sigue decorando "¿Cuando fue que decidí hacer esto? Deberia haberle comprado algo como todos los años y no meterme a esta estupidez"

Ah, si, lo pasaron por televisión, uno de esos programas de farandula y moda que tanto le gustaba ver a Wanda.

-Hay muchos colores y gente alegre -decía con ese acento suyo y dejaba el televisor sonando todo el día.

-¡No hay nada mejor que un detalle hecho a mano! - chillaba la mujer por la pantalla -¡Si realmente amas a tu pareja, demuestralo con una tarjeta en este San Valentín!

Aunque ahora que lo pensaba racionalmente, no debió escuchar el consejo de una mujer que enseñaba como pintarle las uñas a las mascotas.
No era de sus mejores aciertos, cabe decir.

Pasan cinco tortuosos minutos en los cuales no deja de manosear convulsivamente la bestialidad que habia creado cerciorandose que el pegamento seque por completo, una vez pasa por sus estandares de aceptación, escribe una dedicatoria con un delgado marcador negro y observa su creación terminada.
Es horrorosa, murmura sorprendido, creyó que las partes trabajarían bien en conjunto dandole un toque personal, pero cada recorte realzaba la torpeza del acabado.

Su cara se torna roja de la verguenza y de la ira y baraja sus opciones.
Aún faltaban horas para San Valentín, podía buscar en linea los catalogos de las tiendas de ropa que le gustaban a Pepper y escoger algunos conjuntos, pero eso seguramente tardaría en llegar y necesitaba un regalo con urgencia.

Mientras piensa en joyas personalizadas, las puertas de la cocina se abren dejando entrar Steve, Natasha y Clint, charlando animados (al menos tan animada como Natasha podía llegar a ser) mientras se quitaban los abrigos.

Tony siente que se le va el alma del cuerpo, ¿no se supone que estaban en entrenamiento de S.H.I.E.L.D? Baja la tarjeta con rudeza a la encimera para sacarla del campo de vista de los tres.
Natasha se da cuenta de manera instintiva que algo va mal y se detiene, analizando cada uno de sus movimientos.

-¿Qué sucede? -habla

Tanto Steve como Clint notan el cambio de postura de la espía y paran en seco, curiosos.

-¡Nada! -dice demasiado rapido para su gusto -Pensaba que llegarían mas tarde.

-Terminamos de primeros, ¿Qué hiciste, Stark? -Natasha observa su postura incomoda y el cómo desviaba la mirada hacia algo rojo sobre la encimera.

-No es nada -masculla entre dientes y en un intento deseperado lleva la tarjeta a su espalda, lejos de la vista de los demás.

La curiosidad florece en los ojos de Steve y se acerca por un costado, intentando espiar, por el otro lado, Clint hace lo mismo.

Poco a poco retrocede hasta chocar con el respaldo del sofa y observa con temor como sus compañeros acortaban la distancia.
-¿Qué estan haciendo? -murmura

-Dejanos ver, Stark -Clint habla con los ojos chispeando alegres.

-No es su asunto -rezonga entre dientes- Alejense.

Natasha salta sobre el sillón y rueda hasta caer del otro lado, en los pocos segundos que le toma a Tony girarse para retorcerse entre los muebles y alejarse, sabe que los analíticos ojos de la espia han observado su pequeño monstruo.

-¡Es una tarjeta! -informa, aunque su postura y el tono con el que habla parece estar informando sobre la localización de una bomba, Tony la conoce bien, en esos momentos es una gata jugando con un ratón antes de comerselo. Lo que para Tony es desesperación pura, Natasha lo toma como diversión.

-Dejanos ver -dice el Capitán con una sonrisa, su pedido se asemeja a un niño exigiendo una paleta.

-No -grazna, dandole la velta de a poco al sillón al que se han subido Steve con Clint intentando alcanzarlo.

-Vamos, muestranos -rie el arquero.

Poco a poco va dirigiendose a la salida, su cuerpo toma una postura de defensa instintiva, la mano derecha detras suyo resguardando la tarjeta mientras la izquierda se mantenía frente a él cada vez mas tensa, lista para atacar. Si llega a la puerta puede ir corriendo a su taller y quemar esa aberración que tanto instisten en fisgonear.

De pronto, sintió el papel deslizarse entre sus dedos, con confusión vio que Natasha seguía frente a él y Clint junto a Steve todavía se encontraban parados sobre el sofa, entonces ¿quién le había quitado la tarjeta?
Volteó y vio con horror el cómo Pepper (¿cuando demonios había llegado?!) lo abria con delicadeza y leía el interior.

-Oh, Tony -murmuró.

Se llevó las manos a la cara, su peor pesadilla se estaba cumpliendo.
-La mujer de la televisión lo hizo sonar bien, pero ese no era tu regalo, mañana te llegara algo mejor -murmuraba por lo bajo buscando escusas- Tan solo... mejor bota eso, si Peps?

Con los ojos repentinamente acuosos, la pelirroja se llevo la tarjeta al pecho y soltó un pequeño sollozo.

-¿Tan feo es? -se escucho la voz de Clint por detrás.

-Tu callate -le gruñó Tony- Maldición Pepper, se supone que no lo debías ver.

-Ay Tony -suspiró la mujer mientras se limpiaba una lagrima- Es lo mas hermoso que me has echo, no, que nadie me ha hecho nunca.

Lo abrazó con fuerza y Tony no dudó en corresponderle.

-¿Entonces, qué dice? -Steve se acercó intentando fisgonear.

-¡Es privado! -le ladro Tony mientras se giraba a verlos, advirtiendo a los demas igual.

Mientras sentía el calor de Pepper abrazandole, decidió que después de todo, no había terminado tan mal, sonrió para si mismo y pensó en volver a intentar todo ese lio de las tarjetitas para Navidad.













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Me pareció chistosa la idea de Tony haciendole una tarjeta de San Valentín a Pepper, creo que debería haber publicado esto para el dia de los enamorados o algo asi, pero meh.
Por si acaso, no se acostumbren a que actualize tan "seguido" jaja.

No me gustó mucho como termino este capítulo, creo que lo hice muy apresurada, pero si esto no veía la luz hoy, siento que no lo hubiera echo nunca.

Gracias por leer, ¿preguntas, sugerencias, comentarios, críticas? Todo es bienvenido.

Hasta aquí mi reporte, see ya.

One Shots Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora