Paper (t)issue

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Había empezado a ir al loquero hace dos años. Nadie sabía de aquello y prefería que así se quedase.
Y no es que no hubiese querido decirles, algunas veces cuando discutía con Pepper -claro que eso era un eufemismo para decir que la mujer le gritaba cosas y el la escucha sin decir nada- ella le preguntaba "¿Qué es lo que esta mal contigo?" Tony deseaba responderle, pero una pequeña vocecilla dentro suyo lo mandaba a callar.

Echado sobre el divan, el hombre con lentes le preguntaba sobre su día, si seguía tomando sus pastillas, si seguía teniendo pensamientos malos (a Tony le daba gracia cómo el Dr. Raymond decía pensamientos malos, a decir verdad, él jamás tenía pensamientos de otra clase) y sobre sus sentimientos. Ja, por años sus sentimientos era un tema que estaba prohibido tocar, y ahora ese hombre le hacía hablar sobre eso y otras cosas mas.

Había decidido agendarse una cita en un impulso de calma, aquellos que raras veces tenía, era una tarde de otoño y por primera vez en meses no tenía ninguna sustancia nociva recorriendo su sistema. La pregunta surgió de ninguna parte y se quedó asentada en su cabeza hasta el momento de pedirle a Friday que le haga una cita con un terapeuta.
¿Por qué no? se preguntó, y ese fue el inicio de un largo proceso de recuperación.
Bastaron pocas reuniones con la mujer para que lo derive a un psicólogo, y otras cuantas citas mas con ellas para que le pase el numero de un psiquatra. A esas alturas, Tony estaba tan desesperado por el deseo de sentirse bien sin necesidad de alcohol de por medio que aceptó aquel número sin chistar y le pidio a su chica que le reserve una cita para el día mas cercano.

Agita el pequeño bote amarillo cerca de su oido, a veces es lo único que lo reconforta hasta la siguiente dosis. No lo observa pero sabe de memoria lo que tiene escrito en la etiqueta que cubre el envase.
Lo destapa y vuelca el bote sobre su mano hasta que caen dos pildoras sobre su mano. Las observa largo rato antes de tragarlas en seco, ya se ha acostumbrado a no tomarlas con agua. La garganta le pica pidiendole whisky, pero es una sensación a la que se ha acostumbrado a ignorar.

Tal vez en otros tiempos hubiera cedido al mundano deseo, pero hoy no. Esta demasiado ocupado con trabajo que el mismo se da como para ser un borracho perdido nuevamente.
Coloca el frasco amarillo sobre la mesa de noche y este queda olvidado hasta dentro de otras 24 horas.
No es plenamente feliz, pero con las tabletas puede sentir como la sensación de vacio se va, como la presion que sentía en el pecho se ablandece y es mas facil vivir.
Su cabeza ya no es el embrollo de ideas que solía ser, ahora estas se tienden sumisas en la extensión de su mente y él las moldea como amo y señor de estas. Duerme ocho horas por noche. Come tres comidas al día.
Pero los errores que su antiguo yo cometió todavía repercuten en las inestables bases de su vida intentando colapsarla.

Aún así se pregunta si es posible la redención para él, incluso si todo aquello por lo que lo condenaron en eras pasadas ha quedado enterrado por el pasar de los años, las caras de todas las personas a las que daño siguen mirandolo con ojos juiciosos.

Los acuerdos de Sokovia han quedado atras, Tony se ha encargado personalmente de revisar punto por punto y amoldarlo hacia un punto intermedio que no moleste a nadie, proceso lento y agotador ya que Ross y Rogers no eran faciles de complacer, cabezas duras y tercas tal como lo fue Howard en sus años de CEO. Pero lo logra, ahora el mundo esta asentado en un pequeño tiempo pacifico hasta la siguiente tragedia internacional (o interplanetaria, a saber).
Lo que no esperaba fue la llamada de Fury diciendole que debía albergar a los ex profugos nuevamente en el complejo, y resignado decidió dejar el rencor a un lado para recibirlos con los brazos abiertos (un consejo de su psiquiatra que tuvo muchos problemas para seguir).

La nave aterriza sobre la pista y fuerza una sonrisa, Rodhey adivinaria inmediatamente que Tony esta poniendo la sonrisa falsa que ocupa para los medios, pero no se preocupa por el grupo que camina hacia él, ellos no lo conocen, nunca se molestaron en hacerlo.
Steve es el primero en llegar hacia él, caminando con ese paso que emanaba seguridad, como si todo le perteneciera, incluso Tony. Pero a él ya no le molesta, decide ignorarlos hasta eliminar todo el resentimiento e iniciar una nueva relacion de amistad con ellos. Una visión ambiciosa incluso para él.

One Shots Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora