Capítulo 2: La Universidad

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Me encontraba en el coche de Aarón con la música a tope sintiendo el aire golpeándome en la cara. Iba de copiloto al lado de mi payaso, Tomás estaba en la parte de atrás cantando conmigo una canción a todo pulmón mientras que Aarón conducía con una mano al volante, comencé a mirarle pensando en lo guapo que era y en la suerte que tenía de que me hubiese elegido a mi. Pasó la mano por su pelo para colocarlo y me mordí el labio, ¿cómo algo tan simple podía encenderme tanto?

Me miró de reojo sabiendo lo que pensaba, cuando cambió de marcha puso su mano sobre mi pierna y comenzó a subirla intentando entrar en zona peligrosa, cerré las piernas impidiéndoselo, dejándole con las ganas. Llegaba a asustarme lo conectado que estábamos ambos a veces como para entendernos con una mirada.

Tomás gritaba a pleno pulmón las últimas estrofas de su canción y cuando acabó se dejó caer en el asiento suspirando y cogiendo aire.

Me giré y me quité las gafas de sol para poder verle mejor.

-Amo esa canción.
-Se nota, se lo has dejado claro a todo el mundo.
-Muy bien Aria, ¿ahora hacia dónde?

Miré a Aarón extrañada.

-¿Cómo que hacía dónde?
-¿No has puesto el GPS ?
-Si...claro...

Saqué el móvil del bolsillo y me metí rápidamente en la app. No solo era una persona que llegaba tarde, también era despistada y me perdía con facilidad.

Tomás comenzó a reírse en alto.

-Menuda copiloto, hace que nos perdamos.
-No nos hemos perdido...

Aarón aparcó el coche a un lado de la carretera mirándome de brazos cruzados.

Cuando conseguí poner la ubicación el mapa me señalaba que íbamos en dirección contraria.

Miré a Aarón y le sonreí con dulzura y cariño.

-Es para el otro lado.
-¿Para el otro lado?
-Vamos al norte y es... hacia el sur.

Tomás comenzó a reírse en alto y Aarón cogió el móvil mirando el mapa.

-Ya sé que soy un desastre, lo siento.

Me apoyé en el asiento cuando Aarón me devolvió el móvil y me giró la cara para mirarle.

-Si, pero eres mi desastre.

Me dió un beso y siguió conduciendo, pero esta vez las indicaciones las daba Tomás.

Acabamos llegando sanos y salvos, Aarón bajó la música cuando llegamos a la universidad. Allí había mucha gente de todas las edades reunidos en el aparcamiento alrededor de los coches con la música a todo volumen.

Aarón condujo en silencio intentando no atropellar a nadie, todo el mundo corría de un lado a otro y les daba igual si había coches o no. Vivían en un planeta totalmente distinto al mío en el que ellos, al parecer, no tenían preocupaciones.

Aparcó el coche con un movimiento rápido y muchísima seguridad. Bajamos de él y nos dirigimos al maletero en donde se encontraban las maletas. Las fui a coger con la mente para poder transportarlas más fácilmente pero Tomás me detuvo agarrando mi mano.

-No lo hagas preciosa.
-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo?
-No conocemos a nadie Aria,- dijo Aarón quitándose las gafas de sol y mirando alrededor-tus poderes no son normales y no me fio yo de nadie de aquí. Por el momento no digamos nada.

Asentí con la cabeza y sacamos las maletas con cuidado. Aarón y Tomás tenían mucha fuerza y las cargaban con facilidad, a mi me costaba llevar una maleta casi de mi altura y una bolsa. Aarón se rió al verme tan patosa, cogió la bolsa y se la cargó al hombro.

La Hija Del Caos: La Venganza A Los Dioses [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora