Capítulo 21: Adiós Abuelita

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Tomás se acercó a su abuela y comenzó a acariciarla el pelo con delicadeza.

-¿Cómo estás abuelita? - preguntó con una sonrisa evitando llorar.

La abuelita acercó su mano a la mejilla de su único nieto con amor y cariño.

-Muy bien pequeño. Ahora por fin estoy bien. - giró su cabeza en nuestra dirección - ¿No vas a venir a verme niño?

Aarón comenzó a caminar con miedo hasta que llegó a ella y la abrazó con fuerza dejando que sus miedos se disolvieran en sus brazos.

La abuelita comenzó a mirarle a los ojos leyéndole la mente y su expresión se tornó triste.

-No te preocupes pequeño, lo vas a conseguir. No te rindas.

Aarón soltó una risita tonta mientras que la abuela le limpiaba las lágrimas de los ojos.

-Te juro que lo haré abuelita. Pienso recuperarla.
-Lo sé, eres fuerte y valiente. Eres como tu madre.

Luego la abuelita se giró hacia Tomi y comenzó a sonreír con orgullo.

-¿No me vas a decir quién es la persona que te hace feliz?

Tomás se acercó a Logan, le agarró de la mano y le llevó a su lado.

-Se llama Logan. Le conocí hace poco pero...
-Da igual cuando os conozcáis, cuando llega esa persona se siente. - la abuelita agarró la mano de Logan y se la acarició con ternura. - cuidaros mutuamente.
-Lo haré. - respondió mi hermano con una sonrisa ante lo último que pedía la abuelita.

Luego Logan volvió a mi lado sin entender nada de lo que sucedía, no llevaban mucho, solo se liaban de vez en cuando pero sabía que tenía que hacerlo. Tomás lo único que quería era que su abuela se fuera pensando que había encontrado a alguien, y probablemente si mi hermano se hubiese criado en este mundo no tendría tanta duda de lo que sentía por Tomás.

La abuelita se giró hacia Tomi que no podía parar de llorar aunque lo evitaba.

-¿Qué te ocurre mi niño?

Vi como apartaba la mirada de su abuela, no quería despedirse de ella y le dolía demasiado hacer frente a todo eso.

-No quiero que te vayas, no puedes dejarme.
-No me voy a ninguna parte, voy a estar siempre contigo cielo.
-Pero ya no vas a estar ahí para mi, para cuidarme y apoyarme.
-Claro que voy a estarlo, mi alma te seguirá allá a donde vayas.
-Pero no te veré.
-Pero me sentirás, que eso es más bonito.

Tomás suspiró cansado ya que sentía que no le entendía.

-Yo te quiero a ti abuelita. En carne y hueso no como fantasma.

La abuela abrazó a su nieto mientras él dejaba las lágrimas en su hombro.

-Sabes que es mi hora, y por suerte me voy en paz. Algún día nos veremos allá donde se acaban las estrellas y podremos estar juntos para siempre. Pero tarda en llegar por favor.
-Te voy a echar muchísimo de menos.
-No lo hagas, solo hazme un favor.
-¿Cuál?
-Vive por mi y se feliz. No cometas mis errores porque te perseguirán toda la vida. Ama y sueña a lo grande mi niño.
-Lo haré, te lo prometo.

Me limpié las lágrimas que se me caían de los ojos al ver a Tomás tan roto suplicando que no se fuera. De repente la abuelita se dirigió hacia mí.

-¿Podríais dejarme a solas con ella?

Tragué saliva impresionada, eché un vistazo rápido mientras la habitación se vaciaba quedando solas. Nadie puso pegas.

La Hija Del Caos: La Venganza A Los Dioses [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora