La Hija Del Caos: La Venganza A Los Dioses [Completa]

Capítulo 28: Reviviendo El Pasado

Los últimos días de vacaciones los pasamos en casa con Tomás. Vino para darle una sorpresa a Logan pero la sorpresa se la llevó mi familia al descubrir que estaban juntos. Mi padre gritaba de la emoción, se alegraba de que Logan hubiese encontrado el amor en Tomás.

-¿Qué le parece que esté con su hijo señor Dario?

Mi padre se llevó las manos a la cabeza y sin poder hablar se acercó a Tomás y le abrazó con fuerza.

-Ya eras de la familia pero ahora por fin es oficial. ¡Eres de los nuestros Tomás!

Mi padre no fue el único que se alegró pero si el que más cariño tenía a Tomi. Mi madre preparó el cuarto para que durmiesen juntos mientras que Aitor se pasaba todo el día detrás de Logan y Tomás preguntando cosas sobre su relación. Era muy pequeño y entendía a la perfección que dos chicos se pudieran amar, ¿por qué era tan difícil para el resto del mundo entenderlo cuando un niño de nueve años podía?

En cambio Aarón… ya no me molestaba en ocultarlo. Pasó del sofá a mi cuarto y se mudó para dormir entre mis sábanas. Nadie preguntaba, nadie hablaba. La verdad es que lo agradecía porque ni yo misma sabía cómo explicar todo lo que ese niño significaba para mí. Ponía mi mundo patas arriba.

Se esforzaba por hacerme feliz y por intentar que volviese a confiar en él. No iba a ser fácil pero al ver sus ganas de luchar por mi hacía que quisiera seguir con él.

Mi casa se había convertido en un refugio, en el lugar en el que nos reuníamos en familia… mi casa era el mejor sitio que había en el mundo.

Era nuestro hogar. Éramos familia.

Llegó el día en el que tuvimos que volver a la escuela. Aarón recogía su ropa y la iba metiendo en la maleta mientras yo buscaba mis cosas.

-¿Qué buscas Aria?

Salí de debajo de la cama sin éxito alguno.

-No encuentro mis zapatos.
-Están abajo en el jardín, te los dejaste ayer jugando con Aitor.

Miré a Aarón impresionada.

-Ahora voy a por ellos… tampoco encuentro mi peine.
-Está en el baño de tus padres.

No daba crédito a todo lo que decía, ¿por qué sabía dónde estaban mis cosas? ¿Por qué parecía que tenía siempre todo bajo control?

Suspiré y me llevé la mano al bolsillo pero al ver que estaba vacío me puse nerviosa.

-No encuentro mi…
-Abajo en la cocina.

Miré a Aarón que había acabado con su ropa y ahora doblaba la mia.

-No sabes lo que iba a decir.
-Ibas a preguntar por tu móvil.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque siempre lo guardas en ese bolsillo y te has puesto nerviosa.
-¿Por qué tienes todo siempre bajo control?
-Porque tú no lo haces y lo tengo que hacer por ti. Cuando vivamos juntos alguien tendrá que estar pendiente de todo, de acordarse de los niños y esas cosas…

Me mordí el labio sonriendo como una tonta, le di la vuelta para que me mirase, le pegué un pequeño empujón haciendo que se sentase en la cama sin que opusiese ninguna resistencia. Me subí encima suya mientras me agarraba el culo y puse mis manos sobre su cuello.

-¿Nos vamos en una hora y te has puesto juguetona? - preguntó ansioso por quitarme la ropa.
-Puede… pero no era eso. ¿Has dicho que íbamos a vivir juntos? ¿Qué íbamos a tener hijitos? ¿Qué te hace pensar eso?

Aarón sonrió con picardía y me mordió el labio para susurrar sobre él.

-Estoy tan seguro de que tendremos una casita para nosotros dos con dos niños pequeños corriendo por el jardín como que un día te veré llegar de blanco al altar y no dudaré en dar el "sí quiero".