Voces Anónimas

44. En una fiesta

-De dónde sacaste ésta foto? -dijo arrebatandola de mis manos.

-Contéstame! -dije en un tono más alto.

-No es de tú incumbencia. -dijo imitandome.

-Dímelo! -dije poniendo mis manos en su escritorio.

-Carlos John Moore. -dijo frío.

Miré fijamente a John, mientras pronunciaba el nombre.

-Es tú hermano.

-Cómo?

-Tú madre estaba embarazada de el cuando la conocí, por eso tiene mi apellido.

-Y yo?

-Tú madre se embarazó de otro hombre haciéndome creer que eras mi hija, hace poco me lo confesó, era otra razón por la que la deje.

me quedé callada, yo no sabía eso, ahora todo tenía sentido.

-Vete. -dice con su mirada fría.

-Dónde está Carlos? -digo ignorando sus palabra.

-No lo sé, tú madre decidió dárselo a una hermana suya porque no se sentía bien teniendo un hijo que no era mío.

-Tú la obligaste a abandonarlo! -dije gritando.

-No! -replicó.

-Con cual hermana lo dejó?

-No lo se, nunca supe muy bien sobre eso.

Yo sólo me paré de la silla con la vista pérdida, me sentía triste por alguna razón, salí de la oficina sin despedirme de John, con la cabeza abajo.

Salí del lugar, caminé por las calles, el día estaba nublado, parecía que en cualquier momentos iba a llover.

caminaba desanimada cuando Ed apareció a un lado mío.

-Cómo estas?

me quedé callada con la mirada pérdida.

-Ya entendí. -dice en un tono apagado.

-Mi vida va de mal en peor. -mencioné.

-No, sólo está cambiando.

-Cambiando para mal.

-No lo digas. -dice mientras me da un ligero golpe en el hombro.

-Oye... a dónde vas? -dice volteando a verme.

-No lose. -digo viendo el tráfico.

-Vamos a un lugar mejor?

-A dónde?

-Es sorpresa.

Ed toma mi mano y corro con el, mire a mi alrededor y toda la gente se movía muy lento, como si el tiempo se detuviera. Corría a la misma velocidad que Ed, como sí fuera uno de ellos, mi pelo se despeinaba.

Llegamos, era un edificio abandonado gigante, nos metimos a el y pude ver a muchas personas.

-Qué es este lugar? -dije un poco tensa.

-Descuida, es familia.

Entre la multitud pude ver a Mariel, que de hecho se acercaba a nosotros.

-Ed! Lucia! Qué hacen aquí?

-Traje a Lucia. -dice Ed apuntadome.

-Sí, eso lo puedo notar. -dice con un vaso en su mano.

-Qué es este lugar? -dije confusa.

-Ed! que te pasa!? por qué la trajiste? -dijo Mariel.

-Quería que conociera un poco más a los demás, que los recordara.

-Es arriesgado y lo sabes. -dice Mariel un poco enojada.

Ed sólo se ríe descaradamente.

-Vamos, te presentaré. -dice tomandome de la cintura.

Se veían muchos chicos como de diecisiete, era como una fiesta juvenil, había música y traían vasos en sus manos.

-No, gracias, prefiero irme. -dije cruzando mis brazos.

-Vamos, es una fiesta, te divertiras.

-Cómo es que pueden estar aquí?

-Somos personas normales, teniendo fiestas normales.

-Ustedes no son humanos y yo lo sé.

Ed ríe con su linda sonrisa.

-Sí, pero eso no importa, vamos.

Ed me toma del brazo y me jala hacia la multitud, había muchas personas.

-Ed, por favor, no. -decía en un susurro tenso.

Llegamos y Ed empezó a saludar a todos, yo sólo me quedaba de brazos cruzados, irradeando inseguridad.

-Lucía, estas bien? -dice Mariel mientras bailaba ligeramente.

-Sí.

-No parece, Ed ya te dejó sola! estúpido!

-Mariel.. cómo es que pueden hacer esto?

-Cómo que esto?

-Sí, es como sí fuera una fiesta normal.

-Es una fiesta normal. -dice dejando de bailar.

-No lo es.