Día 11: Íncubo

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Shipp: Camus x Shura

Bueno, la idea para el One-Shot de éste día surgió de un songfic que hice de este shipp, de la canción "Everything Black".
En ese songfic, Camus es un íncubo que persigue a Shura, así que en este One-Shot abarcaré cómo comenzó su historia y cómo fue su primer encuentro.

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Llevaba ya varios meses sin tener nada interesante qué hacer. Ser uno de los príncipes del infierno podía llegar a ser sumamente aburrido.

Todo era supervisar que diablillos no hicieran travesuras, que los demonios bajo su cargo cumplieran con sus obligaciones, y que ningún alma escapara del infierno... Todo por ser el heredero al trono de varias legiones de demonios por parte de sus padres.

El duque infernal y la madre de todos los demonios lo habían obligado a cumplir con todos aquellos deberes, y dejar cada vez más de lado sus antiguas tareas como un íncubo.

Jamás pensó que extrañaría aquellos días como íncubo aprendiz, junto a sus hermanos. Al menos en ese tiempo tenía más libertad de pasear por el mundo de los mortales a como le fuera en gana. Era una ventaja que tenían los íncubos y súcubos por encima de las demás razas de demonios; poder moverse libremente entre la tierra y el infierno sin necesidad de ser invocados, ni de poseer un cuerpo mortal. Los de categoría más alta como él, incluso podían materializarse y camuflarse como humanos en el mundo físico por días o incluso meses.

Pasó una buena parte de su vida de esa forma: aprendiendo de su madre y hermanos mayores, tentando a mortales a sucumbir al pecado de la lujuria y los placeres carnales, divirtiéndose al ver a los mortales más puritanos torturarse mentalmente a sí mismos al estar sometidos a sus tentaciones de demonio, aumentando más y más su poder.

Había probado de todo en sus más de 1000 años de vida. Había tentado desde jóvenes mujeres vírgenes antes de contraer matrimonio, hasta monjas, haciéndolas romper su voto de castidad. Se había colado también entre las fantasías de varios hombres, desde simples mortales con líbido sumamente bajo, hasta los más insaciables.

Aunque sus preferidos, siempre eran los mortales que más temor y tabúes tenían respecto al sexo. Bueno, era de esperarse, después de todo, la mayoría de los demonios de su raza tenían la misma preferencia que él.

Pero desde que cumplió 5700 años, y al ver todo el potencial que tenía, sus padres decidieron que era hora de que comenzara a asumir su rol de heredero del trono, y no se les ocurrió mejor idea, que dejarlo a cargo de un par de las legiones de demonios que estarían a su cargo en un futuro.

En el momento se sintió extremadamente halagado y felíz, para que el duque Astaroth y la reina Lilith pensaran que sería un perfecto heredero, debió haber hecho un excelente trabajo, así que aceptó sin rechistar. Pero la vida como uno de los líderes del infierno no resultó como la planeó, y más temprano que tarde, se sintió desilusionado.

En uno de los interminables días de trabajo en el segundo círculo del infierno, supervisando que los mortales que habían pecado de lujuria en vida sufrieran su condena, que sus legiones de demonios cumplieran sus deberes, y que ningún alma mortal intentara salir o entrar sin permiso al infierno, su madre pareció finalmente percatarse de su pesar.

Lilith, la más poderosa de los súcubos, y madre de los demonios, se acercó a él, preguntándole al respecto.

Le contó todo lo que lo aquejaba, y cuánto extrañaba su antigua vida como un íncubo más a su servicio.

30 Días OTP. Saint Seiya: Edición Shipp's RarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora