Shipp: Milo x Aioria
*Continuación del día 6*
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- ¿Quieres la revancha, gatito?
Aioria no pudo evitar ponerse algo nervioso por la sonrisa de Milo y su repentino acercamiento, pero tampoco pudo contener la sonrisa que se formó en sus propios labios, así como la respuesta que escapó de ellos.
- ¿Qué tienes en mente, Escorpio?- Preguntó, con sus labios tan cerca de los del contrario, que podía sentir su propio aliento.
- Lo que tú quieras, gatito.- Respondió Milo, terminando por romper la diminuta distancia, saboreando sus labios.
Aioria correspondió el contacto, disfrutando los labios de Milo, que gustoso le daba acceso total para probarlo a su antojo.
Al separarse unos segundos para tomar aire, no hicieron falta más palabras, una mirada y una sonrisa cómplice fueron más que suficiente para ir casi corriendo a la habitación de Aioria y asegurar la puerta detrás de ellos.
Apenas tocaron las sábanas, comenzaron a tironearse la ropa mutuamente, hasta desvestirse mutuamente del torso.
- M-Milo...- Jadeó Aioria al sentir la mano de Milo intentando colarse en sus pantalones.
- ¿Sí?- Susurró debajo de él Milo con la sensualidad que parecía ser nata en el guardián de la octava casa.- Vaya que has crecido, Aioria.
Aioria no pudo evitar sonrojarse al escuchar a Milo, ni siquiera él entendía cómo podía sentirse avergonzado, pero a la vez, emocionado.
Milo volvió a besarlo, y él le correspondió, atreviéndose a explorar un poco el cuerpo ajeno. Pasó sus manos desde la cintura de Milo, hasta su pecho, deteniéndose un momento para acariciar con suavidad los bien formados pectorales del peli-morado, obteniendo un leve jadeo enmedio de su sesión de besos.
Con la reacción de Milo, se atrevió a pellizcar con suavidad uno de los pezones del contrario, escuchando a Milo gemir y sintiendo como se removía debajo de él.
- ¿Te gusta?
- ¿Desde cuándo te atreves a hacer algo como eso?- Sonrió Milo, aún con las mejillas rojas por la excitación.- ¿Acaso quieres leche, gatito?
Aioria se sonrojó otra vez, pero solo sonrió nervioso, entendiendo lo que Milo quería.
- Ven y tómala.- Dijo el guardián de escorpio, con una sugerente sonrisa, sujetándose los pectorales cómo si de senos se tratasen.
Milo no tuvo que pedirlo dos veces para que Aioria aceptara, comenzando primero con pequeñas y tímidas lamidas en uno de los botones de Milo, que se erguía a su solo tacto, para después envolverlo completamente con su boca, empezando a dar pequeñas succiones, intercaladas con suaves mordidas de vez en cuando. Mientras su mano se encargaba de atender el otro, primero pellizcandolo suavemente, sin llegar a ser doloroso, para después usar su mano para tocar toda el área que podía abarcar, y jugar un poco frotándola.
Milo no parecía tener vergüenza de hacerle saber que le gustaba lo que le hacía. El peli-morado jadeaba, gemía, se removía y se frotaba contra él. Muy a diferencia de él, que de estar en el lugar de Milo, probablemente haría de todo por evitar que cualquier sonido saliera de su boca.
- A-Aioria...- Dijo Milo entre gemidos.- E-Espera.
- ¿Qué pasa?- Preguntó el castaño, deteniéndose un momento.- ¿Te mordí muy fuerte?
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30 Días OTP. Saint Seiya: Edición Shipp's Raros
FanfictionBueno, la verdad hace tiempo quería hacer éste reto, pero jamás me han nominado, y no creo que lo haga alguien. Así que lo haré, pero de una forma distinta. Creo que personalmente no tengo un OTP como tal, ya que me gustan varios shipp's por igual...