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—¡Yo también quiero entrar! —exclamo Sol interrumpiendo a Lalo—

—Señorita...—el señor Javier se quedó en silencio fingiendo no saber su nombre—

—Sol, Sol Morales. —respondio de inmediato la chica—

—Señorita Morales, lamento informarle que por ahora solo necesitamos y queremos a una persona, solo una. Y esa persona ha sido Lalo Rueda, El Joven Eduardo nos ha demostrado desde el primer día que nos conocimos que no fue hace mucho, nos mostró que quiere superarse por si solo...así que ¿Por qué no? Le damos está oportunidad, solo el sabrá si la acepta o no. —respondió el señor Miller mirando fijamente a Lalo—

—Así que Lalo, ¿Cuál es tu respuesta? —pregunto ahora la señora Miller—

Lalo observo a todos nuevamente, Adal tomo su mano con lentitud y le dió un suave apretón, dándole a entender que siempre lo apoyaría sin importar qué.

—Acepto señor y señora Miller, prometo que no los decepcionaré —dijo con una gran sonrisa—

—¡Perfecto! El día de mañana debes venir de nuevo, ya sabes; firmar papeles, ver el contrato, contarnos a lo que quieres llegar...y comenzamos desde ese momento con lo que deseas —dijo la señora Miller sonriendo—

Mariano observo y escucho todo con molestia, así que se aclaró la garganta para hablar.

—Señor y Señora Miller, ya se que ustedes acaban de decirle a la señorita Morales que no quieren a otra persona pero....¿Que les parecería una persona la cual ya terminó sus estudios? —pregunto Mariano acomodándose en su asiento—

—Mariano Rueda, eres médico oncólogo tienes una formación especial para diagnosticar y tratar el cáncer en adultos mediante quimioterapia, terapia con hormonas, terapia biológica y terapia dirigida. Tienes una carrera increíble, trabajas en el hospital de los Astudillo; tu familia política. No veo la necesidad de por qué quieras entrar a la empresa Miller, ya eres conocido. Sin embargo podemos ayudarte te otra forma...muy bien haremos esto; Lalo vendrá el día de mañana a firmar papeles y contratos, comenzaremos con el. Tu seguirás con el hospital en el que trabajas, veremos tu forma de tratar a los pacientes y luego veremos si te podemos integrar a la empresa. —explicó el señor Miller con una pequeña sonrisa— Pero por el momento, la prioridad de la empresa Miller es Lalo.

Luz observo a su hijo menor con orgullo, ella sabía que el llegaría lejos. Mientras que Regina lo miraba con una sonrisa y Mariano...bueno Mariano lo miraba con una mueca.

Sol observo como la mano de Adal aún sujetaba la mano de Lalo, así que se aclaró la garganta y habló.

—Adal, ¿Serías tan amable de enseñarme dónde está el baño? —pregunto levantándose de su asiento—

—Oh, claro. Ahora vuelvo —murmuro para después levantarse de igual forma y acompañar a la chica al sanitario—

—Okay, quiero dejarte una cosa en claro. —dijo Sol de repente observando al chico con seriedad—

—Claro Sol, ¿Que pasa? —pregunto de manera educada—

—Quiero que te alejes de Lalo, Lalo no es gay ni bisexual. El es hetero y está enamorado de mi, solo llegaste a empeorar todo, así que por favor alejate de el y no le tomes su mano, me da asco ver como un chico toma la mano de mi amado. —contesto con desagradó la chica—

Adal ladeó su cabeza sonriendo, y la miro con diversión.

—Sol, tu no eres nadie para prohibirme nada, hasta el momento he sido amable contigo sin importar qué, muy bien...no se la orientación sexual de Lalo, tampoco es como si le estuviera preguntando a las personas eso, pero si Lalo me permite tomar su mano es por algo, ¿No crees? Si te da asco no veas, por lo que Lalo me ha contado tu ya no le interesas...¿Oh acaso te sigue cortejando? —pregunto divertido, Sol lo observo en silencio— Eso pensé...así que por favor, no me toques, no me hables y ni siquiera me hables. —finalizo para después irse al comedor y sentarse de nuevo al lado de Lalo quien lo miro con una pequeña sonrisa—

—¿Por qué tardaste? —pregunto en murmuro—

—Digamos que tuve una agradable charla con Sol Morales. —respondió de igual forma—

A los minutos Sol llegó y miro a Adal con enojo, ella debía estar sentada al lado de Lalo no el. Cuando el castaño sintió la mirada de la chica con una sonrisa traviesa se acercó aún más al chico de apellido Rueda y le susurró algo en su oído que provocó una risita de parte de Lalo. Sol lo miro aún más molesta al ver que también había tomado su mano. Ponchita que también observo todo eso festejo en silencio, ¡Su shipp se estaba haciendo cada vez más real!




























Luego de la cena, los señores Miller los llevaron a su casa para que no se fueran de manera incómoda cómo habían llegado, Adal obviamente los acompaño, el estaba sentado al lado de la ventana y de su lado estaba Lalo quien tenía del otro lado a Sol.

—Entonces nos veremos mañana, ¿Cierto? —pregunto el joven Miller observando al Rueda—

—Claro, ¿Sabes ha que hora? —preguntó avergonzado el chico—

—No dijeron hora, puedes venir después de que salgas de trabajar. —respondió con una sonrisa—

—¡Puedo acompañarte si quieres! —exclamo Sol colocando su mano encima de la de Lalo—

—No, no hace falta, puedo ir solo no te preocupes. —respondio alejando la mano de la de Sol—

—Mañana estaré por ahí cerca, puedo pasar por ti si quieres. —dijo Adal tomando la mano del chico—

—¿Estás seguro? No quiero darte molestias —murmuro sin alejar su mano—

—Para mi jamás serías una molestia, Lalo. —susurro con una sonrisa—

—De acuerdo, ¿Te mando mensaje cuando esté apunto de salir? —pregunto—

—Me parece bien...por cierto, se que lo estás pensando...y no, no debes venir con ropa formal, será en mi casa así que no es necesario —dijo con una sonrisa—

—¿Cómo sabias que estaba pensando en eso? —pregunto Lalo sorprendido—

—Solo lo sabía —respondio restando importancia—

Sol miro como las manos de los chicos estaban unidas y frunció su ceño con enojo.

—Y llegamos —dijo el señor Miller con un tono de diversión—

—Muchas gracias por traernos señor Miller —agradeció el Rueda con una gran sonrisa—

—No es nada Lalo, ahora entra a casa para que puedas dormir. Mañana empezara tu vida como super estrella. —murmuro—

—Gracias por eso también, gracias a ustedes cumpliré mi sueño, son unas personas increíbles, descansen tengan una linda noche —se despidió para después salir—

—Entonces paso por ti mañana, duerme bien y no te desveles, cualquier duda puedes mandarme mensaje o llamarme. —murmuro Adal con una pequeña sonrisa—

—Gracias Adal, eres un chico increíble —dijo con felicidad para después abrazar al castaño e irse—

—Así que Lalo Rueda...—murmuraron  los señores Miller con diversión—

—¡Papás! —exclamo avergonzado el chico entrando al auto de nuevo—

—Es un chico increíble, no me molestaría tenerlo de yerno —dijo Isabelle sonriendo—

—Ustedes van a terminar juntos, puedo apostarlo —dijo ahora Javier—

—Que cosas dicen, Lalo solo es mi amigo —susurro—
































-Mich 🍒

𝑴𝒊 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒖 |𝑳𝒂𝒍𝒐 𝑹𝒖𝒆𝒅𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora