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—¿A dónde iremos, Adal? —cuestiono Alice con curiosidad—

—Iremos por alguien que quiere acompañarnos. —respondió— Estamos a dos minutos de llegar, ten paciencia.

Alice rodo los ojos divertida.

—Por mi, puedes tardarte el tiempo que gustes, sin embargo mis padres me quieren en casa lo antes posible. —susurro divertida— ¿Que pasaría si no llego?

—No lo averiguaras. —dijo Lea— Tus padres me dieron la confianza de traerte conmigo a Guanajuato. ¿Que dirán si ven que su hija no llego a la ciudad?

Alice rodo los ojos.

—No quiero irme, eso es todo. —murmuro— Los voy a extrañar.

Todos se quedaron en silencio, Lea abrazo a su amiga.

—Regresaras, sin embargo debes ir con tu familia a celebrar las fechas navideñas. —susurro Adal— Llegamos.

La puerta de copiloto fue abierta, y en ese momento Alice se dió cuenta en dónde estaban.

—¿Lalo? —cuestiono con una sonrisita—

—Hola Alice. —saludo el rizado—














—Llegamos. —murmuro Adal estacionándose—

Alice miró con tristeza a los chicos.

—Los voy a extrañar muchísimo. —murmuro Alice—

—Nosotros también te vamos a extrañar. —Lea abrazo con cariño a su amiga—

—¡No hagan cosas que yo quisiera hacer con ustedes! —exclamo Alice con diversión— Prometo regresar la primera semana de Enero. —sonrió levemente—

—Ten un buen viaje, Alice. Saludame a tus padres, espero poder verlos pronto. —murmuro Adal abrazándola—

—Claro, yo les digo que su ex yerno les manda saludos. —la chica rio divertida— Ya no sean lentos, y sean novios. —susurro en el oído del castaño—

—Te esperemos y veremos qué pasa. —contestó, Alice asintió yendo hacia el rizado—

—Gracias por apoyarme después de contarte lo que te conté. Gracias por perdonar mis estupideces y darme la oportunidad de ser tu amiga. Espero que cuando regrese podamos acercanos aún más. —la rubia abrazo con cariño al rizado—

—Te estaré esperando, ranita. Verás que cuando regreses vas a querer esconderte porque estaré pegado a ti como chicle. —Lalo correspondió el abrazo—

—Ya no seas tonto y declárate, no estén perdiendo el tiempo. —murmuro la chica con diversión, desde que se volvieron unidos, Lalo le confesó que Adal y él no estaban en una relación real— ¿Sabes qué? Aún no lo hagas, espera que regrese. —suspiro para después voltear hacia el transporte que estaba apunto de irse— Nos vemos chicos, gracias por acompañarme hasta aquí. Nos veremos pronto, lo juro.

Todos sonrieron, para después abrazar a la chica.
















—¿Cómo les fue? —cuestiono Edward—

—Lalo se puso a llorar. —respondieron ambos Miller con diversión—

—Ya les dije que se me metió una basurita en el ojo. —murmuro el castaño—

Los chicos empezaron a reír.

—Oh, mira Lalo. Tú revista salió a la venta. —la rubia le extendió lo mencionado—

𝑴𝒊 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒕𝒖 |𝑳𝒂𝒍𝒐 𝑹𝒖𝒆𝒅𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora