Hellboy «ChanBaek»

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Para cuando el pequeño grupo de tres se dio cuenta de dónde estaban, ya era demasiado tarde, la puerta detrás de ellos cerrándose con una especie de cortina de hierro irrompible, dejándolos encerrados con un nido de bestias; BaekHyun jamás las había visto antes, y pensar que ChanYeol había luchado solo contra uno de ellos lo hacía estremecerse, porque no solo eran enormes sino también peligrosos, su baba ácida derritiendo en segundos al agente junto a él.

Se suponía que harían explotar a HyoJong junto con el nuevo portal, y aquel agente tenía una especie de cinturón con las bombas alineadas a lo largo, cayendo en el agua de aquel pequeño estanque cuando fue atacado por más de un Sammael; BaekHyun estaba asustado, su corazón acelerado en su pecho mientras que Kasper preparaba su arma aún sabiendo que sería inútil de todas formas, pensando en cómo podía eliminar a los, al menos cinco, Sammael y sus montañas de huevos, sin morir en el intento.

—¡Panquesitos, panquesitos! –casi chilló contra su comunicador, la desesperación llegando hasta el otro lado, donde ChanYeol gruñó y apresuró el paso, viendo en su rastreador la ubicación exacta de su amado; de alguna manera, BaekHyun y su grupo estaban un piso debajo de él, los pasillos convirtiéndose en un verdadero laberinto, uno que no se molestaría en descifrar.– Tengo muchos panquesitos aquí, Rojo… ¡Mueve tu demoníaco trasero, rápido! –gruñó, ahora sí chillando cuando captó la atención de las bestias, y Kasper chistaba.

Podrían haber sido atacados, destrozados bajo las bestias hambrientas, si su atención no hubiera pasado de un doncel envuelto por el pánico a un demonio destrozando a golpes el techo de su guarida; ChanYeol gruñó, sus oscuros puños endurecidos destrozando la dura piedra, junto con la piel de sus nudillos, aquella que se curaría en un buen par de minutos, pero le darían una dura batalla contra las criaturas.

ChanYeol cayó entre las piedras, sin importar lo cansado que se veía bajó por él, para salvarle la vida si era necesario, cayendo perfectamente entre las fauses de un Sammael, el cual destrozó al darle pelea; el demonio había tomado a la bestia por su boca, y usó su gran fuerza para abrirla al máximo, sobrepasando el límite hasta destrozar su mandíbula, y la mitad de su cabeza, pero la maldición aún estaba allí, y por cada uno que mataba, nacían dos.

Todas las criaturas atacaron a la vez, enredando sus lenguas viscosas en sus brazos y piernas, desestabilizandolo y atrapandolo para sus ataques, dejándolo indefenso sin poder protegerse, y era por ello que BaekHyun no podía calmar su pánico, viendo como el demonio acababa de escupir sangre mientras le arrancaba la lengua a dos criaturas, y volvía al ataque; había disparado su arma hasta acabar sus balas, incluso sabiendo que sería inútil, y que explotar las bombas ahora los mataría tan solo dejándole una sola opción.

Pyrokinesis.

ChanYeol estaba agotado, las heridas sobre su dura piel haciéndose más notables a cada segundo, y para cuando Kasper también se quedó sin balas, las cosas realmente comenzaron a calentarse, porque BaekHyun no dejaría que mataran a su amado, sin importar lo que pasara; gruñendo una orden al agente, para que se escondiera, dejó que su fuego se apodere de la situación, y los sacara de ese terrible aprieto, donde le ordenó a Kasper esconderse, ponerse a salvo, mientras él explotaba.

BaekHyun quemó a las criaturas, su fuego purificando cada parte de la habitación, secando el agua, y con ella las montañas de huevos hasta volverlos cenizas en una sonora explosión que dejó inconsciente a Kasper, a ChanYeol, y a sí mismo; el demonio una vez había leído sobre un fuego sagrado, en la mitología romana, y luego tal vez en algún fragmento de la biblia, sabiendo que BaekHyun había sido bendecido con su don, aquella peculiaridad que el doncel aborrecía, sin darse cuenta de lo que significaba para él.