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—Con mirarlo no harás nada, ¿lo sabes, cierto? –murmuró el sargento Cho junto a él, no haciendo nada para calmar su sentimiento de culpa mientras observaba a un inconsciente JongIn curandose en su cápsula de agua; él había estado con las manos apoyadas sobre el vidrio, preocupado de muerte por el menor, viendo como el vendaje sobre su pecho tenía manchas de sangre.

—Cállate, Cho. –gruñó, negándose a apartar la mirada de su mejor amigo; dos de los agentes estaban muertos, lo poco que quedó de sus cuerpos estaban repletos de baba ácida, mientras que SeungHyun...– ¿Cómo está T.O.P? –preguntó, y sabía que estaba contradiciendo sus propias palabras, sin apartar su mirada a pesar que sentía la del mayor sobre él.

—Aún intentan salvarlo, JiYong llegó hace rato, y no se aparta de su lado, pero dudo que eso te interese realmente. –escupió con furia, su rostro viéndose rojo por la ira contenida, y añadió:– Te ofrecí a mis hombres para darte apoyo, y lo primero que haces es dejarlos solos; dos están muertos, y uno probablemente no pasará de esta noche, pero eso ya lo sabías.

—¿Solo tienes eso para decir?, "mis hombres", siempre todos son solo tus hombres, ¿cierto?; desde hace mucho que no vienes a las misiones, solo te encargas de dar órdenes todo el tiempo, pero cuando uno termina herido siempre debe ser por mi culpa. –recriminó, alejándose solo unos centímetros de la cápsula, ahora mirando fijamente al sargento, su rostro frunciendose con obvio enojo.

»—Yo los conocía más que tú, los conocía más de lo que debería; dos de esos hombres eran los gemelos Kim, los que estaban preocupados por la salud de su madre, ¿y como se eso?, ¡por qué me lo dijeron!, cada maldita misión les preguntaba por su madre, y hermana, pero tú no tenías idea de que había una jodida hermana, ¿o si?

—Entonces con más razón debiste estar con ellos; tu misión era de apoyo para JongIn, no irte a pasear por ahí, y lo haya sabido o no, tu eres el responsable de todo esto. –añadió, mirando brevemente a JongIn antes de negar con la cabeza, claramente disgustado.– La única razón por la cual sigues aquí, es porque eres hijo de Choi SiWon, pero créeme que cuando yo esté a cargo voy a echar tu rojo trasero de aquí; Kai probablemente tampoco pase la noche, y si eso pasa, quiero el lugar libre de fenómenos.

—Okay, estaba buscando una manera más sutil de responder ante eso, pero… Al diablo con eso. –dijo con calma, su rostro mostrando una paz que no sentía en lo absoluto, antes de tomar un tanque de oxígeno tamaño gigante, conectado a otra cápsula cercana, haciendo sonar las sirenas que contrastaban con el grito asustado del mayor, poco antes de ser acompañadas por el sonido de vidrios rotos.

ChanYeol arrojó el tanque a lo largo de los paneles, rompiendo incluso las paredes de cemento con su fuerza, llamando la atención de absolutamente todos los trabajadores, aquellos que veían como el sargento Cho KyuHyun corría asustado lejos del joven demonio; desde el momento de la misión, y ese, solo habían pasado un par de horas, ya que regresaron por la madrugada, enviando a Kai, y SeungHyun a cirugía, para mantenerlos en observación, y finalmente para las seis de la tarde terminar donde estaban ahora.

—¡Quiero a ese fenómeno lejos de mi!, no pienso prestarle más hombres para dejarlos abandonados, y a su suerte. –gritó el sargento en dirección al profesor Choi quien no estaba solo, y quedó parado justo en la entrada de la base; BaekHyun estaba parado justo detrás de él, luego de haberse saludado con un caluroso abrazo, felices de poder verse después de tanto tiempo, hasta que el caos se desató.

ChanYeol apareció detrás del sargento, caminando con calma a pesar de los destrozos que había causado, su cola serpenteando con enojo detrás de su espalda, revelando como se sentía realmente mientras encendía un nuevo cigarrillo, el último de su segunda caja de veinte, sabiendo que había fumado en exceso ese día debido a los nervios, y se detuvo de repente, viéndolo a él allí, junto a Kasper; BaekHyun se veía nervioso, sus mejillas ardiendo en lo que era una mezcla entre vergüenza, y excitación porque… Dios, ChanYeol era tan sexy cuando se enojaba, su rostro endurecido por el enojo, viéndose tan arrogante que lo confundía aún más.

Hellboy «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora