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BaekHyun jadeó sorprendido, viendo todas las decoraciones del festival con auténtico asombro, maravillado con la cantidad de camisetas que había, la diversidad en sus estampados, así como los puestos de comida, y demás; el aroma picante se sentía en cada rincón, y ChanYeol se vio maravillado con las expresiones de su dulce novio, aquella sonrisa encantadora que le hacía suspirar de amor, no siendo el único en llamar la atención, y el joven doncel se daba cuenta de ello, de las miradas indiscretas sobre su demonio. 

ChanYeol había tomado su forma más humana, la roja cola escondida, enrollada a través de su cintura, un gran chaleco de cuero cubría su cuerpo, dejando sus brazos libres mientras que una capucha, junto con su cabello, cubría sus cuernos limados, pero los tatuajes eran visibles, así como su duro pecho, y gran parte de su apuesto rostro, haciendo suspirar a quienes los rodeaban, y BaekHyun no iba a permitir que le hicieran ojitos, tal vez es por ello que lo secuestró entre los puestos de comida, y atacó sus labios como si fuera un salvaje. 

Estaba celoso, claro que lo estaba, y ChanYeol lo sabía muy bien, siendo por ello que aprovechó cada segundo que tuviera de aquel beso, donde jugó con la lengua del mayor, y mordió sus bonitos labios a su antojo, hasta dejarlos enrojecidos e hinchados, hasta que el mayor estuviera temblando de deseo; después de eso, volver hacia la multitud fue algo difícil, en especial cuando ChanYeol debió protegerlo con sus brazos porque, escuchando a los fans emocionados entre banda y banda empujándose entre sí, sintió la dura erección del demonio empujarse contra su abultado trasero. 

ChanYeol había intentado alejarse, a pesar de que el mayor se negaba a dejarlo ir, hasta que el evento del día acabó, y regresaron al hotel, donde finalmente se relajó, y permitió que su piel regresara a su tono rojo natural, su cola serpenteando libre; originalmente hubiera pedido una habitación con dos camas separadas, como lo hacía cada vez que salía con JongIn, pero esa vez fue diferente, ahora la habitación tenía una única cama, más pequeña de la que tenían en casa pero malditamente suave que, apenas saliendo de la ducha, la pareja quedó rendida sobre ella, entre dulces besos repartidos sobre su piel húmeda. 

Aún no habían pasado la línea después de los besos, más que un toque sobre la ropa, donde el demonio tomaría el esponjoso trasero del mayor entre sus manos, y profundizaba sus besos hasta dejarlo jadeante, con las mejillas ardientes, y una húmeda erección frotándose con la suya; tan solo llevaban unas semanas juntos, un mes como máximo, pero toda una vida deseando tocarse así, por lo cual BaekHyun escabulló su mano por debajo de los boxers contrarios, y tomó el miembro del contrario, jadeando ante su tamaño. 

Lo había sentido contra su espalda hacía unas horas, pero tocarlo con sus propias manos era muy diferente, en especial cuando sintió y vio las extrañas protuberancias en él, bajando por su abdomen, hasta perderse en su eje, recordándole a las colas de los dragones, dejándolo maravillado; su mano se veía tan pequeña en comparación que solo le hacía sentirse más y más caliente, ahogando un gemido cuando el demonio tiró de él, haciéndolo frotarse sobre su duro pecho, sus pezones erizandose aún por debajo de su camiseta, mientras que su propia erección disfrutaba de las nuevas y desconocidas sensaciones. 

—ChanYeollie… Tócame más. –gimió sobre sus labios, fundiéndose en un nuevo beso cuando el menor lo tocaba libremente, sus dedos rozando peligrosamente sobre su capullo, aún cubierto por su boxer; ChanYeol gruñó, y él jadeó en respuesta cuando apretó más duramente la erección del demonio, masajeando cada vez más rápido, sus besos volviéndose demasiado duros, demasiado calientes como para derretirlos. 

BaekHyun sentía como su ropa interior comenzaba a humedecerse, hasta que ChanYeol la rasgó con sus filosas garras, dejando que sus miembros desnudos se frotaran entre sí, haciéndole ver las estrellas; desde hacía largos minutos en los que el demonio no se empujaba contra él, o le ayudaba a moverse, siendo él mismo el que se frotaba en busca de su placer, sin siquiera ser consciente de ello, hasta casi conseguir su propia liberación, mientras que ChanYeol tan solo lo dejaba hacer aquello que quisiera, manteniendo una sonrisa en sus labios, maravillado con la reacción corporal del mayor.  

Hellboy «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora