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—¡Felicidades, es una niña! –se burló JongIn una vez extrajo algo de la herida de ChanYeol; su abdomen tenía la punta de lo que parecía un aguijón, y peor aún, la porquería había dejado un huevo de Sammael.

—Vete a la mierda, bastardo. –gruñó, viendo como lo que parecía ser un bebé se movía dentro del huevo trasparente; era asqueroso, y prefería no recordarlo.– Degenerado..., ni siquiera nos dimos besitos. 

—Según esto, los huevos necesitan de un lugar húmedo para crecer, y bueno, nacer… Supongo que tus intestinos eran el lugar indicado. –añadió el moreno mientras ojeaba su libro, y proseguía:– Cada Sammael puede dejar huevos, y varios a la vez; cada vez que él muera, aparecerán dos, y si deja muchos huevos, bueno… Creo que no hace falta decirlo; estamos en problemas. 

—El alcantarillado. –dijo de pronto, entendiendo porqué la bestia se había dirijido al subterráneo en lugar de irse más lejos.– Esa cosa corrió hasta el subterráneo, teniendo el alcantarillado en el medio; si lo que dice Nini es así, entonces supongo que debe haber un nido por ahí cerca. 

—Tiene sentido… Pero por ahora debes descansar, hijo; tu herida debe ser curada antes de que vuelvas a salir de aquí, y no discutas conmigo. –le regañó su padre, y él solo gimió en derrota, sin tener más opciones que aceptar, así que lo hizo mientras JongIn vendaba su herida; luego de eso tan solo regresó a su habitación, a dormir como un oso en invierno, no queriendo pensar en BaekHyun, pero terminando haciéndolo de todas formas. 

Para la mañana siguiente, ChanYeol tan solo tenía un rasguño, y desde temprano había estado entrenando en el gimnasio de la base, golpeando una enorme bolsa de boxeo, su camiseta viéndose olvidada sobre una de las bancas, su piel desnuda brillando ante la ligera capa de sudor, remarcando aún más los extraños dibujos en sus brazos y espalda; Kasper también estaba allí, dudando en acercarse aún más, dejándole claro al profesor Choi de que ChanYeol no lo quería con él, pero al mayor no pareció importarle.

ChanYeol no lo quería en su equipo, y se le comenzaban a terminar las opciones para ser aceptado, además de actuar como su niñera, claro está; JongIn estaba recostado sobre la pequeña piscina en el gimnasio, con un libro plastificado en sus manos, leyendo tranquilamente mientras el mayor entrenaba, y él chapoteaba felizmente, hasta que el sargento Cho llegó. 

—¡Rojo!, ¿que demonios pasó anoche? –gruñó, viéndose claramente disgustado por lo sucedido, viendo fugazmente a TaeWoo quien deseaba ser invisible.– Abandonaste a tu equipo en el museo, hiciste que tu compañero casi fuera arrollado, y destruiste toda una estación del subterráneo para… ¿Que?, ¿después solo desaparecer, e irte de visita con tu novio? 

—BaekHyun no es mi maldito novio, de hecho ya no se lo que es. –respondió con amargura, sus puños golpeando con furia su bolsa, haciendo rechinar las cadenas, añadiendo con obvio mal humor:– TaeWoo no es mi compañero, yo trabajo solo, y fue su culpa ser casi arrollado; yo no le pedí que fuera mi niñera, ni siquiera necesito una, y con respecto a "mi equipo", te recuerdo que no es mío, es de mi padre, y ellos saben que trabajo solo para ahorrarme esta mierda. 

—¿Y con la estación que?, hay imágenes tuyas por todo internet, e incluso hay una entrevista a una mujer con cinco gatitos que, según dice, tú salvaste; tu padre es demasiado paciente contigo, y no quiere ponerte un alto, pero yo sí voy a hacerlo. –aseguró mientras que el demonio simplemente arqueó las cejas, curioso.– Aún no se cómo, pero lo voy a hacer, solo espera. –añadió, y poco después de eso salió del gimnasio.

—Oye, novato, si tanto quieres entrar en nuestro equipo, tengo que una misión para darte… –murmuró, y ante la emoción del menor, sonriendo con malicia añadió:– Si logras traer de regreso a BaekHyun, estás dentro, de lo contrario tomarás tus cosas, y desapareces de mi vista; no me agradas, y se que no te agrado, pero por alguna razón eres lo bastante estúpido como para querer seguir aquí, y eso me da curiosidad así que te daré una única oportunidad. 

Hellboy «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora