Hellboy «ChanBaek»

Epílogo.

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Seul, 2021.

Misión: completada; A.D.I.P
Destino: Corea del Sur; Seul.
Objetivo: detener a una multitud de donceles en la venta de vestidos de novio en la temporada primaveral; impedir que el agente Chispa los incinere, y acuse de robo.
Nota: el agente Pingüino asegura que el agente Chispa vio el traje primero y amenazó con declarar una guerra si le era arrebatado aquel traje; Rojo debió ser excluido de la misión.

—¿No había otros trajes?, casi se arrancan los jodidos ojos; demonios, creo necesitaré una inyección contra el tétanos después de que me atacaran. –bufó JongIn, viendo como su brazo tenía varios rasguños a lo largo; él había tenido que cargar a su esposo y a BaekHyun antes de salir de aquella tienda, lanzando el pago de aquel traje antes de correr lejos de los donceles psicópatas.

—No me importaban los otros trajes, JongIn; este traje es mi traje, el indicado, y no pensaba casarme usando un simple pedazo de tela, ¡ni hablar!, quiero verme bonito. –balbuceó, sus mejillas encendidas en lo que acariciaba las preciosas joyas sobre su traje; eran unas hermosas flores de diamantes, brillando en diversos colores primaverales haciendo resaltar su tonalidad de un blanco cremoso.

Era simplemente hermoso, perfecto e indicado para su casamiento.

Los gemelos estaban con sus abuelos en ese momento, haciendo maldades a las otras deidades diabólicas muy seguramente, mientras que él y su padre preparaban todo para aquella noche; ChanYeol le había pedido matrimonio hacía mucho tiempo, en unas bellas vacaciones en Japón hacía seis años atrás, y él obviamente aceptó, esperando el momento adecuado para casarse.

SeoJun y SeoEon habían nacido con formas humanas, pero tenían unos diminutos demonios internos ahora pudiendo cambiar de forma a gusto, teniendo las habilidades de sus padres, una mezcla mortalmente peligrosa si llegaban despertar todo su poder; por suerte de momento solo tenían cinco años y mucho tiempo para aprender a controlar aquello, siendo inmensamente mimados por sus abuelos, jugando con sus tías BeiBei y Sophia de también cinco años.

Ese último año algo había cambiado, un virus atacó a gran parte de la población mundial y todos los humanos debieron hacer una cuarentena mientras eso sucedía, y cuando descubrieron que los sobrenaturales y sus compañeros no eran afectados se debió hacer una reunión con el gobierno mundial; JongDae, como el representante de todos ellos accedió a buscar una cura para los humanos a cambio de tierras, donde cada centímetro que fue invadido antiguamente por los humanos regresó a su poder, y aunque claramente no derribó las ciudades habitadas, si lo hizo con las fantasmas que fueron olvidadas desde hacía tanto tiempo, creando nuevos pueblos para la diversidad, donde ahora vivían humanos y sobrenaturales tranquilamente.

Claro, hubo unos ataques de humanos desesperados que buscaban la cura, pero ya fueron cazados y exterminados por haber secuestrado, torturado y asesinado a algunas criaturas, siendo JongDae quien se encargó de rastrearlos y amenazar con declarar una guerra si algo como aquello volvía a suceder, usando aquellas ejecuciones como amenaza suficiente para tener a los de alto poder muy agarrados de las pelotas, según palabras suyas claro está; la tribu elfica de JongDae creció notablemente, no solo con la cantidad de niños nacidos desde su reinado, sino que varios elfos de otras partes del mundo llegaron a sus tierras al ver lo segura, y prospera que era, ganándose su propio respeto con el pasar de los años, gobernando junto a su hermoso esposo.

Su primer hijo estaba próximo a cumplir cinco años, Mark siendo el primer bebé elfo-humano en nacer durante su reinado; era un niño alegre, tan bondadoso cómo su madre y su tío KyungSoo, e inocente siendo por ello que el temible rey JongDae gruñía y enseñaba sus rayos eléctricos a cualquier posible pretendiente, y puede que si, su bebé aún no tenía ni cinco años, pero el infierno iba a malditamente enfriarse si él permitiera que alguno de esos debiluchos niños lo cortejara en un futuro.