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La elección fue realmente difícil, pero no podía hacer otra cosa.

Por razones obvias preferí mantener mi trabajo, e intenté explicárselo de todas las maneras posibles a mi novia, pero ella, no atendía a razones.

Dijo cosas que probablemente no quería decir, y finalmente me dejó, diciendo que no la amaba lo suficiente como para arriesgarse.

Hace ya dos semanas que no nos vemos ni sabemos nada, y me siento un poco vacío, pero gracias al trabajo soy capaz de no pensar demasiado en ella ni en nosotros.

La Sra. Morgado, es decir, Lauren or Michelle como la llaman muchos, además de haber establecido una gran relación jefe-colega, también ha establecido una amistad conmigo, y todas las noches después del trabajo siempre salimos a comer algo juntas.

Me enteré de que lleva varios años soltera, que tiene 27 años y que su novia la dejó cuando le propuso que las cosas fueran más serias.

Me dijo que su ex se llamaba Karla, que era cubana, y que ahora está comprometida con su mejor amigo, y ella, odia verlos juntos porque parecen más falsos que los billetes de 3 euros.

Que su relación era muy parecida a la de Cris y yo en algunos aspectos, pero no me dijo en qué principalmente.

De repente, mientras estamos cenando, llegan Cris y Eva junto con dos chicos.

La chica rubia se da cuenta inmediatamente de mi presencia y siento que su mirada incinera y destruye a Lauren cuando la mira fijamente.

Los cuatro se sientan frente a nosotros, Cris justo hacia mí, de forma que pueda mirarme fijamente sin reparos.

Lauren se da cuenta de mi nerviosismo y me coge la mano, apretándola, sonriéndome poco después.

-Oye- me dice, llamando mi atención.

-Me está matando con la mirada- digo tomando mi agua y bebiéndola de un solo trago.

-Me lo imagino, pero no te asustes, ¿vale? Hemos venido a comer y a relajarnos después de un día bastante estresante en el trabajo - comenta la doctora y creo que tiene razón, así que asiento con la cabeza y trato de calmarme.

Comemos tranquilamente y trato de no mirar a Cris ni siquiera por accidente, entonces, decido ir al baño a lavarme la cara, porque la idea de que me mire me enciende por dentro.

Cuando llego al baño abro el agua, girando la manivela del lavabo de acero, y cuando baja cojo un poco en las manos y me la echo en la cara, enjuagándola.

Luego cojo un papel y me limpio la cara antes de tirarlo a la papelera.

-¿Están juntas?-

Su voz desde atrás tan directa y nerviosa me hace estremecer.

La miro desde el reflejo del espejo y su traje me deja sin aliento. Su pelo es ondulado y se ve muy bien.

-No. Sólo somos dos compañeras de trabajo que cenan juntos después del trabajo - explico, simplemente, antes de lavarme las manos.

-Ese sólo quiere llevarte a la cama. Cuando te atrape, verás lo rápido que te despedirán...-

Vale, puede que los celos le hagan decir cosas que no quiere, pero aun así, no puedo aceptar escuchar cosas así.

-No es así en absoluto. Lauren no quiere acostarse conmigo. Sigue enamorada de su ex... igual que yo - confieso, apretando los hombros.

-Si estuvieras realmente enamorada de mí, habrías venido a Barcelona cuando te lo pedí...-

BlushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora