CAPITULO 3

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¿Esto es real?

Madrugada del 25 de diciembre del 2026

-Buenas noches niños

-Buenas noches papá

El hombre acaricia las cabezas de sus dos hijos y luego de sonreírles con cariño, camina hasta la puerta y desaparece detrás de esta. La noche había sido agotadora y llena de regalos, algunos momentos emotivos, otros llenos de risas y diversión, pero al final de todo, siempre volvía a lo mismo, sentirse roto y vacío.

Amaba a sus hijos mas que a cualquier otra persona en el mundo, daría todo lo que tiene por ellos, hasta su propia vida de ser necesario, sin embargo, se estaba haciendo agotador tener que sonreírles todo el tiempo, tener que actuar como si nada malo pasara en su vida y ser el padre ejemplar que todos esperaban que fuera.

Estaba cansado de ser un esposo amoroso y cariñoso cuando solo tenia ganas de salir corriendo hasta el fin del mundo y quedarse ahí para morir en paz, claro que no quería correr solo hasta aquel fin, solo correría de la mano de su amado, de la mano de aquel hombre que lo contenía en sus noches mas tristes, del amante que ahora mismo podría estar durmiendo en una cama que esperaba su calor.

No siente que la vida que esta viviendo sea suya, no cree ni por un segundo que todo aquello que ha pasado en su vida, realmente ha pasado, sin embargo, se da cuenta que todo es real cuando mira en dirección a su habitación y puede vislumbrar la silueta de su mujer envuelta en un camisón de seda rosada.

Lo mira atenta a cada movimiento que realiza y le sonríe de forma coqueta, es una invitación a que la siga y él sabe que debería caminar hasta su habitación para complacer a su esposa, para darle una noche inolvidable como las que ella suele pedirle, pero es humano y cuando se siente amenazado o en peligro, solo tiene ganas de correr en la dirección contraria, correr lejos de aquella casa que lo sofoca, lejos de aquella mujer que lo agobia con tanto amor que incluso llega a ser doloroso.

Su mente le dice huye, pero sus pies ya se encuentran caminando lentamente hasta la alcoba que comparte con su esposa, Jihyo no le desagrada, a decir verdad, le tiene cierto cariño acumulado, pero no puede amarla, simplemente ese sentimiento de dar todo por ella no lo siente, lo daría todo, pero es por responsabilidad, no por amor.

Se arrepiente en cuanto cruza el marco de la puerta, puede ver a Jihyo bajo la cama y su ropa yace en la alfombra de la habitación, no sabe como no se da cuenta del esfuerzo que debe hacer para cerrar la puerta tras de él, no sabe como es capaz de contener sus lagrimas porque se siente como una tortura.

-Esta noche te veías realmente apuesto cariño

-Fuiste tu quien me vistió después de todo

-Claro, estás casado con la mejor diseñadora de modas de toda Corea, que no se te olvide

-No podría olvidarlo nunca amor

Jungkook se inclina para quitar los calcetines que le cubren los pies, pero es interrumpido por las manos traviesas de su esposa, tan suaves y cálidas sobre su espalda y después recorriendo su pecho, le encantaría no sentir nada cuando sus pieles se rozan, pero después de todo es humano y su cuerpo reacciona ante el contacto.

Los labios de Jihyo dejan suaves besos sobre el hombro del presidente y este no puede hacer mas que soltar un pequeño gemido, quiere ser tocado de aquella forma, quiere ser deseado y amado, pero no por ella, no por esas manos, no por esos labios.

Es cuando siente el jugueteo en el resorte de su pijama que sabe que todo está perdido, será una noche larga como todas las anteriores, será una madrugada triste para él y para quien lo espera del otro lado del jardín, con su puerta abierta y el lado izquierdo de su cama vacío, porque sabe que Jungkook ama dormir de ese lado, sabe que le gusta mantenerse junto a la pared porque tiene temor de estar en las orillas, lo siente porque su esposa ha comenzado a quitarle la ropa interior y Jungkook solo piensa en su guardaespaldas.

The fall of the Swan // Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora