Marcus es el hijo de Katarina Du couteau , supo que su padre es un enemigo demaciano. Escapa de Noxus y decide emprender un viaje hacia Demacia para conocer a su padre.
La madre observaba a su retoño desde el gran ventanal de su oficina, veía a ese niño sin futuro, mejorar y superar las expectativas de su maestro. Suspiraba aliviada, sentía algo de consuelo, aquella criatura tenía una pequeña posibilidad de sobrevivir. Pronto su heredero tomaría la prueba de reclutamiento, una presa deseada entre los asesinos se decía a si misma que no se ilusionara, ese niño tenía sus días contados.
La tradición de la familia es ver a tu descendencia como un arma, si no sirve, se desecha, tal como lo hizo su padre con ella. Pero al ver sus cálidos ojos azules, no pudo evitar sentirse atormentada, se alejó de la ventana e intentó apartarse de esos pensamientos.
La casa Du couteau, es un ducado de soldados y asesinos, criada para matar desde la cuna, fue instruida para ser un arma que proteja a su nación, así cumplir con los deberes que su linaje impone. Fue despiadada con sus enemigos, acostumbrada a ver los cuerpos acumulados en el campo de batalla, uno tras otro tras su cuchilla, llego un punto en que ella no podía distinguir entre su cabello rojo y la sangre que caían de sus enemigos, todo por la misión, todo por el honor...todo por Noxus.
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Aun así, ella fue capaz de dar a luz un hijo bastardo, un hijo del enemigo. Talon le aconsejo que lo matase a penas naciese, pues ninguna medicina abortiva tuvo efecto, pero al tenerlo entre sus brazos no pudo eliminarle a sangre fría. Se lo envío a los sirvientes para que lo criasen y a Talon le dio la misión que lo instruyese.
Se unió a la trifarix para derrocar a Swain, con tal de proteger a su familia ganándose una posición de alto rango, al mismo tiempo, redujo la orden de la rosa negra a un simple grupo de magos.
Oculto al niño en las fronteras de su nación, como el simple hijo de un amante de las tropas trifarianas, manteniéndolo alejado de las cumbres y praderas de las naciones continuas, para evitar toda sospecha de su alta traición, al haber traído a la vida un niño de la nación enemiga.
"-aunque no creo que importe, ha pasado tantos años, que él ya debe estar casado... que estupidez-"
Se dijo así misma, intentando convencerse de que todo estaría bien, si trataba el asunto con cuidado, aunque en lo mas profundo de su conciencia luchaba por olvidar aquel hombre que cambio su vida.
Recorrí toda la biblioteca y leí cada libro que mencionase, aunque sea una sola frase sobre magia y lo único mágico que encontré fue la cantidad de magos muertos en manos de mi familia. Entonces definitivamente en la suya no hay magos, como lo suponía, la única posibilidad es que la magia viniese de mi padre ¿mi padre será un mago demaciano?.
Se decía que antes que existiese la capitana Luxanna Crownguard, la magia en Demacia era perseguida con rudeza, según los documentos de guerras que estaban escritos en los archivos de la casa. Pensaba en la difícil vida que debió llevar, perseguido por su propio pueblo "debió sentirse un paria", algo tenía en común con él, sus naciones no lo aceptaban, "aunque ahora Demacia tiene hasta una academia de magos".
