Capítulo I3I: La tragedia I

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Narrador.

A primera luz del alba, los sonidos de las siluetas veloces ensordecían el paisaje, traspasaban los caminos y obstáculos que se presentaban en el bosque frondoso y se detenían para defenderse de variados tipos de aceros y atacar a sus enemigos mortales, el choque de las armas rechinaba y cortaban el impecable baile entre los caminos.

Un recluta con capucha se detuvo para tomar una bocanada de aire, debido a ese descuido, no alcanzo a advertir el firme puño enemigo en su rostro que le dejo inconsciente, su adversario tomo un puñal para terminar con su vida, pero fue investido por un muchacho de cabello rojo furioso que le empujo tan fuerte que termino contra un árbol.

El furioso hombre formido lanzó su puñal hacia el pelirrojo, quien lo tomo en el aire sin ninguna dificultad para devolverlo en otra dirección, hacia otra persona que pretendía atacar a su contrincante y quien asustado huyo entre las ramas de los arboles.

-no creas que por salvarme no te matare mocoso–expresaba el hombre formido, quien fue detrás de quien huía por las ramas.

Marcus se acercó al durmiente para acabarle con su kunai, pero no fue capaz, solo se alejó decepcionado de sí mismo.

Este campo de batalla es una de las pruebas más peligrosa de los discípulos de la casa Du Couteau, donde solo los sobrevivientes que lleguen al campamento podrán ser enlistados en el ejército de asesinos, van recorriendo el camino enfrentando obstáculos, bestias hambrientas y de otros contrincantes sedientos de sangre.

En el campamento los visitantes, podían escuchar claramente los gritos y llantos desgarradores de aquel bosque de entrenamiento, los soldados trixfarianos comentaban que ni siquiera la "Carnaza" (la arena de gladiadores) se había escuchado tanta agonía. Aun así, esperaban allí, morbosos, a que la madre se debilitara y fuese por lo que quedase de su hijo, sin embargo, se le veía despreocupada y aburrida sentada en la mejor silla, revisando de vez en cuando el contenido de su copa.

Existían rumores de que el primogénito de los Du couteau, a pesar de ser un prodigio en combate, era débil en carácter y aquello no era una virtud en la guerra. Para evitar que esos rumores continuaran entre las charlas de los ciudadanos de Noxus, katarina aceptó la propuesta de su hermano y mando a su único descendiente a valerse por su vida en esa contienda.

A pesar de su perfecta actuación, podía sentir la culpa en una alucinación, un joven Garen le suplicaba que sálvese a su hijo "no te metas en mi mente, ni siquiera sabes que este niño existe".

Bajaron los primeros a la metas, heridos y maltratados, algunos murieron antes de ser felicitados por sus compañeros.

-Este año, no hay nada interesante~- susurra sensualmente una de las estudiantes carmesí de Vladimir a un capitán trifariano, quien había ido a la prueba para recoger los cadáveres de quienes no sean reclamados para su orden.

-Solo el muchacho, ¿crees que sobreviva? – pregunta el capitán.

-lo dudo, lady katarina~ se quería deshacer de él, si no, no me explico enviarle aquí-

La charla de los visitantes solo aumentaba la preocupación en la líder de los asesinos, pero no quería mostrar debilidad ante hombres que podrían aprovechar cualquier instante de flaqueza para perjudicarle, era muy diferente de la joven arrogante e iracunda que alguna vez fue, ahora tomaba las decisiones con cautela.

De un momento a otro, una explosión de luz como una columna brillante alerto a todas las fuerzas de combate que se apostaban en el campamento, aquel bosque comenzaba a quemarse ¿Qué había sucedido? ¿acaso habían usado pólvora negra? Es absurdo, estaba prohibido su uso en la prueba, además nunca tendría ese color, concluía los soldados al ver tal deslumbrante luminaria.

Bastardo. (Garen x katarina) (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora