Capítulo I10I: Jaula de petricita y oro.

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Narrador.

El alcohol en su cuerpo no era suficiente para que el dolor y los recuerdos se esfumasen, tomo entre sus dedos un viejo recuerdo de amor y guerra, el escudo de los "guardia de la corona" apretándolo con fuerza para destruirlo, sin embargo, algo le detenía aquellas memorias de esos labios heridos y dulces que le hablaron por primera vez de amor.

Hace más de doce años cuando le conoció, en ese campo de batalla, donde su misión era causar desorden entre las filas demacianas, uno a uno fue cercenando a los soldados enemigos, hasta que fue detenida por la firme hoja de su espada.

El deber del joven garen era detener y neutralizar asesinos como ella, ambos danzaron en una batalla de acero y puños, katarina estaba sorprendida, nunca le habían equiparado en fuerza en un campo de guerra, ningún soldado se atrevía a detenerlos. Consciente de ello, como un buen asesino, analizó las emociones de su enemigo para hallar su punto débil o una apertura, pero al examinarle notó que no la veía con odio, sino que la miraba como una igual y la admiraba por ello.

Toda una vida criada entre crueles noxianos, quienes la consideraban poco más que un arma, incluso para su propia familia a quienes nunca le han ofrecido afecto, la valoraban soló bajo el peso de las muertes que caían sobre su puñal. Pero este hombre era diferente, la miraba como mujer y un guerrero respetable, no pudieron evitar sonreír cuando se detuvieron buscando aliento, el sonido de los soldados luchando a su alrededor parecía silenciarse a medida de que sus respiraciones agitada por la adrenalina se sincronizaban, al cruzar sus miradas, el tiempo se detuvo en un instante, fue el instante en que ambos se enamoraron, ese segundo antes de volver a tomar sus espada en que el destino se escribió para los dos un soneto prohibido.

La conclusión de la batalla fue un empate, ambos bandos acordaron una tregua momentánea, para volver a sus fronteras, se perdió el sentido del combate cuando ellos, los dos mejores soldados en el campo estaban tan equiparados

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La conclusión de la batalla fue un empate, ambos bandos acordaron una tregua momentánea, para volver a sus fronteras, se perdió el sentido del combate cuando ellos, los dos mejores soldados en el campo estaban tan equiparados.

Tomo la botella buscando en ella su contenido, el aliento que necesitaba para vivir, pero en su memoria seguía permanente, sus azules ojos casi moribundos en el muelle, su muelle secreto, le dejo partir para olvidarle, acariciando su vientre, eligió a su hijo por sobre el hombre que amaba, pero sus esfuerzos no valieron la pena, el niño no sobrevivió para convertirse en un adulto.

Katarina se preguntó, sí el supiese de su hijo muerto ¿le culparía? ella le daría toda la razón, no lo supo proteger, ni le otorgo afecto, siguiendo los mismos pasos de crianza de su padre.

La asesina lanzo la botella y fue esquivada a duras penas por la joven de celeste cabello, el alcohol en su cuerpo no le permitía levantarse para matar a la intrusa en su habitación. La joven quién apenas caminaba, había recibido su castigo por fallar su misión y los latigazos fueron doblegados, la sangre todavía corría en sus espaldas.

-¡Ordene que nadie viniera!- dice katarina furiosa.

-Lady katarina tengo información-

-no me interesa- le replica con desprecio.

Bastardo. (Garen x katarina) (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora