Bajo la Montaña -Clare Beddor-

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Era desesperante saber en que momento ellos vendrían por mí. Tenía un mes en el cuerpo de Clare, conviviendo con su familia me hizo sentir la gran responsabilidad de salvarlos.
Los gemelos eran encantadores y las hermanas mayores muy cariñosas conmigo pese a que ellas mismas aceptaron que mi personalidad no era la misma.

Clare era una muchacha muy orgullosa y al mismo tiempo vanidosa. Aunque no era mala, tampoco se llevaba tan bien con su familia. Especialmente por el tema del matrimonio. Esta azabache deseaba casarse con alguien que tuviera el suficiente dinero para mantenerla y ayudar a su familia. De lo contrario, convertirse en la amante de algún noble rural o el dueño de algún negocio estable.

Personalmente no me gusta la idea, ninguna de sus opciones. Pero viendo su realidad y la situación en la que su familia vive, es un poco comprensible.

Elías y Elle estaban llenos de energía, así que cuando los emplee para recolectar nueces y frutas silvestres, estuvieron muy felices de ayudar. Son muy tiernos... Clare, es una pena que estuvieras preocupada por venderte al mejor postor y no tuvieras tiempo para conocer mejor a tus hermanos menores.

Hicimos mermelada y la vendimos, el bosque estaba dando sus primeros brotes, pero seguía siendo frío y peligroso adentrarse, así que conseguimos pocos ingredientes. Las nueces las usé para cocinar algo para todos en casa. No fue de esperar que el padre y la madre se pusieran tan conmovidos como para derramar lágrimas.

Honestamente, Clare, ¿qué hacías?

Cada vez que la noche llegaba, yo pensaba que la muerte de todos se acercaba. No pedí ayuda a nadie más, nadie me iba a creer y si lo hacían, nada podían hacer. Según leí, las marcas y demás cosas que vendían como amuletos, no servían de nada contra los elfos. Si no funcionaban, entonces sólo un grupo de cazadores de elfos podría hacer realmente algo, pero... No tengo dinero para pagarles y además las hordas de Amarantha no son tan dóciles.

—Hermana, ¿podemos comer otra vez codorniz con almendras?

La voz de Elle es muy bonita, llena de ilusiones y energía infantil, me da mucha pena que lo vayan a carbonizar por una estúpida mujer. Pensar en Feyre me causa náuseas, no puedo tolerar que ella viva feliz mientras mata a una familia inocente.

—Elle, podemos preparar más, ya te enseñé y también a Elías, los dos serán los encargados de hacerlo para mamá y papá.

—Hermana, hablas como si te fueras a ir muy lejos. ¿Te vas a casar?

Era natural para este pequeño pensar así, ya que su hermana sólo quería casarse y dejar la casa. Pero yo no quería eso, porque sólo saldría para ser asesinada y los vería a ellos morir.

—Tal vez. Estoy pensando en cazar a un lobo, un cuervo y una zorra.

—Tu no sabes cazar hermana, además, ¿por qué necesitas a esos animales?

—Mi pequeño Elle, esos tres animales, son los que podré usar para conseguir una casa grande y suficiente comida por el resto de nuestras vidas.

Parece que no me entiende. Es mejor que piense que estoy loca o que le tomo el pelo.
He pensado que lo mejor que puedo hacer para librarnos de esta maldición impuesta por una idiota de corazón frío, es ahuyentar a mi familia para que no los encuentren.

—Ya estás de nuevo diciendo cosas sin sentido hermana.

—Estoy demente. Elle, por favor ayúdame con lo que te pedí, recuerda que nadie más debe saber de esto.

Si había que ahuyentar a todos, entonces lo haría por medio de serpientes y zorrillos.
Elle y Elías estaban encargados de recolectar a dichos bichos y en cerrarlos en cajas que estaban en una bodega que yo cuidaba de mis hermanas mayores.
Los solitaría al primer indicio de que los asesinos vendrían.