#4#

213 24 0
                                    

Estar aún en ese horrible castillo, que para mí sólo era un calabozo lleno de cadáveres, era incómodo.
El rubio frente a mí era demasiado apuesto. Rhysand era apuesto, pero Tamlin no tenía nada que envidiarle.

Pensar estas cosas no estaba bien. Aún seguía estando enamorado de Feyre, que en mi opinión, no lo merece.

Seamos sinceros, el rubio hizo mal, claro que sí, no se le justifica su actuar. Pero de dejarlo, a arruinarlo destruyendo su corte, es otra cosa.

Tamlin nunca había estado enamorado y menos en una relación. Se la pasó en la guerra y después frustrado por una maldición. No sabía cómo tratar a una mujer y menos estar en una relación seria.

Hizo todo lo que pudo desde su falta de experiencia e ignorancia. No lo justifico. Pero Feyre fue una bruja con él. Debió sólo dejarlo y estar con Rhysand, ser feliz ahí, pero eso de volver y sembrar mentiras e insidias, eso no es tampoco justificable.

Me siento mal por él, quizá pueda ayudarlo.

—Creo que tienes mucho que decirme.

—Si... No sé por dónde comenzar. Quiero simplemente vivir aislada de cosas complicadas. Sé que tú vas a mantenerme cerca por tu propia conveniencia.

Él asintió, claramente estaba ahí sólo por el asunto de que me necesitaba.

—Tu sabías mucho sobre Feyre y sobre mí, quiero entender cómo fue posible.

Estaba serio. Era peligroso.

—Soy una adivina, demasiado buena. Claro, sólo sé cosas importantes.

—¿Qué tipo de cosas?

¿Cómo se lo digo?

—Bueno... Tu romance con Feyre. Lo vi como si hubiera sido un sueño, algunos otros acontecimientos que están por ocurrir, pero de esos no puedo estar segura al 100%.

—No entiendo si eres una espía o si tienes algo que ver con algún alto lord o con el rey... Pero te advierto que si estás planeando algo, aún cuando te agradezco mucho por terminar con la maldición, te mataré.

—Oye, oye... ¿Así tratas a quien te ayudó? Si deseara destruirte, habría ido con Rhysand, tu sabes cuantas ganas tiene de darte un escarmiento por lo de su familia.

A los segundos estaba pegado a mí en su forma de bestia. Parecía que quería comerme de un bocado.

—Bien... Te entendí, pero vuelvo al punto, si fuera tu enemiga no te daría pistas ni información.

Él regresó a su forma humana y con cautela se sentó frente a mí.

—¿Qué quieres?

—Oso, venado, lobo... Disculpa. Quiero paz, comodidad y protección. Sólo eso, yo puedo serte útil, pero definitivamente, sólo te ayudaré si no eres grosero, si no, entonces me iré.

—Seré directo. No puedo confiar en ti.

—Bien, no lo hagas.

—Vendrás conmigo a mi corte.

—Claro.

—Estarás cómoda como quieres, pero tu familia vivirá en un lugar lejano por seguridad.

—Di las cosas como son, serán tus rehenes para que me tengas atada de pies y manos.

—Lo comprendes bien.

—Si, tu eres ingrato, seguro que lo eres, justo como Feyre.

—Estás hablando mucho de Feyre, ¿por qué tanto interés en ella?

Bajo la Montaña -Clare Beddor-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora