Y ahí estaba yo, incrédula ante tal artificio, era verdad que no funcionaba en mí un glamour, pero otro tipo de engaño como lo era la decoración tétrica y lugubre si me habían dejado pensando si estaba en el castillo de Drácula o en el del Lonje Moco.
Detesté ese ataque de risa frente a mí de parte de ese odioso sujeto, su cara estaba radiante mientras que sólo podía mirar como se llevaban esas gargolas de piedra, los cuadros con imágenes abstractas y retratos deformes. Definitivamente este tipo lo había logrado, me dio un buen ataque sorpresa.
—¿Creíste de verdad que yo tengo tan pésimo gusto y que verías asesinatos y cosas espantosa?
—Qué te puedo decir, pensé que tendrías aquí algunos instrumentos de tortura y también que habría cocodrilos y todo tipo de animales que dan miedo.
—¿Por qué creíste tales cosas? Jajaja, no puede ser...
—Ya deja de reírte así, me estás haciendo enojar...
Pero este hombre seguía provocando mi instinto asesino, me levanté de ese sofá blanco inmaculado, tenía un estilo sobrio qué contrastaba con el centro de mesa, tallado con bellas elfas danzando y ese cristal, parecía de tornasol, seguramente no era cualquier cristal, mi poco conocimiento al respecto de la mueblería me hacía quedar corta. Habían muchas más cosas, pero eran detalles que iban bien, no resaltaban más de lo necesario, pero creaban cierta armonía con los muebles y las ventanas, todo el estilo junto era un placer visual. No exagerado, lo justo... No sé quien había decorado, pero era un genio.
—Deberías ver tu cara en estos momentos...
Rodé los ojos ante su comentario, ya estaba harta de ser su bufon. Me había hecho creer con la anterior decoración que me iban a cuidar los del castillo de algún vampiro o profesor chiflado, pero en realidad este lugar parece muy normal y hasta tiene buen gusto. Los Elfos que me encontré al inicio, sólo estaban actuando, son personas serias, si, pero no son tan excéntricos, nada más querían seguir el protocolo según este tipo de enfrente les había indicado.
—Mira murciélago, a mi tu no me vas a estar agarrando de tu payaso, esto te va a costar muy caro.
No iba a hacer nada por el momento, esperaría la oportunidad de devolverle este recibimiento, ya que tantas molestias se tomó en preparar este espectáculo para mí.
—Lo estaré esperando querida mía.
—Tuya solamente la idea tonta de tu cabeza, a mí no me andes hablando así.
—Por favor, no te molestes, sólo quería que te divirtieras en tu primer día aquí.
—Tu concepto de diversión está errado. Además el único que parece disfrutarlo eres tú. Me caes mal.
—Qué mal, yo quiero agradarte y así poder tenerte como aliada.
—Pues lo arruinas con tus jueguitos de niño de primaria.
Se me quedó mirando con curiosidad.
—¿Primaria?
—Así no vamos a poder hablar... Primaria es una institución donde los niños van a estudiar desde pequeños como leer y escribir entre otras cosas básicas, ¿como puedes no saberlo?
—Más bien, ¿de donde sabes tú eso? No existe eso en el mundo humano que yo sepa.
Ops... Olvidé que no estaba en mi mundo, pero desde hacía rato que estaba empezando a sentirme extraña, como si estuviera relajada, tanto que olvidé que debía pensar antes de hablar y revelar cosas que pudieran afectar todo lo que les había hecho creer.
—¿Qué sabes tu de ser humano?
Me quedé firme en esa respuesta, no dando lugar a que hiciera más indagaciones al respecto.
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Bajo la Montaña -Clare Beddor-
Fanfiction//Fanfiction sobre "Una Corte de Rosas y Espinas" derechos de los personajes a su creadora Sarah J. M.// ¿¡CLARE BEDDOR!? ¡Ese personaje secundario que muere miserablemente a causa de los protagonistas! "Odio a Feyre" Apenas terminé de leer el prime...