Destinada A Olvidarte

Prólogo

P R Ó L O G O

(Love Me O Leave Me Slowed - Little Mix)

El cielo se tiñe de tonos oscuros con cada uno de mis pasos. Mi pecho quema por su mirada penetrante. Nuestras respiraciones agitadas no indican nada bueno y tal vez las palabras que digamos hagan más daño de lo que imaginamos.

—Oliver, escúchame —le pido en un susurro.

Las gotas de lluvia no tardan en descender por mis mejillas, logrando que varias lágrimas caigan junto a ellas. El dolor en su mirada rompe mi corazón, merece una explicación, pero no sé si estará dispuesto a escucharla.

—¿Qué mentira me explicaras, Grace? —espeta molesto—. He estado toda la tarde pensando en ti, en como estarás, trayendo estas flores para hacerte feliz —las tira al suelo, delante de mis pies—. ¿Y qué me encuentro? A ti con tu ex novio.

Intento agarrarlas pero me detiene con su agarre en mi muñeca.

—Te estás equivocando, esto no... —me interrumpe.

—Grace, no puedo con esto. No puedo crearme ilusiones con alguien que tal vez está jugando conmigo. ¿Eso haces? ¿Juegas con los sentimientos de las personas que no se permiten tantos lujos como tú? —le miro apenada, negando con la cabeza reiteradas veces.

La opresión en mi pecho no me deja respirar bien. Siento como si el mundo se cayera encima mío. Todo iba bien. Demasiado bien, pero Marcus se ha encargado de destrozar lo único bueno que me ha pasado en la vida. Quiere dejarme sin nada y lo está consiguiendo.

—Deberías dejarme explicar —espeto con el mismo tono con el que me habló al principio—. Deberías conocerme un poco, tan siquiera te pido que recapacites. Jamás te haría daño, sabes que no soy así. Marcus se ha presentado en casa y... —su mano toca mi cuello y recuerdo la marca que hizo minutos antes.

La aparta con rapidez y me mira asqueado. Esto ni siquiera lo he querido, Marcus... Él...

—Pensé que entre él y yo, ibas a escogerme a mí —confiesa roto de dolor—. No puedes ir ilusionando, fingiendo amar para luego utilizar y tirar —no hay cariño en su mirada, no hay amor—. Tú ibas a ser la persona que curase cada herida, pero has abierto cada una con tus acciones, con tus mentiras.

Me quedo en silencio procesando lo que acaba de decir. ¿Piensa eso de mí? ¿Piensa que quiero intentar algo con la persona que me solo me ha causado daño y sufrimiento? ¿Es esa la idea que ha formado de todo lo que le he contado?

—No es lo que parece, Oliver. Te elegiría a ti por sobre todas las cosas, deja de ser un impulsivo. ¿Te crees que estos meses han sido en vano? ¿Te crees que no he sentido nada por ti?

Él es mi salvación, pero me está soltando sin compasión. Él es a lo que me aferro para no morir, pero acaba de matarme. Él es mi pilar y sin él todo se desmorona.

—No puedes amar si tu corazón le sigue perteneciendo a otra persona. La costumbre suele ser más grande que un amor verdadero —el nudo en mi garganta me asfixia—. Ibas a ser el error más bonito que estaba dispuesto a cometer, Grace Lexington —no hay brillo en esos ojos que me sacaron del caos, solo encuentro polvo y cenizas de un corazón sin vida.

Algo se resquebraja en mi interior y quiero gritar de la impotencia.

No confía en mí, tal vez no lo haya hecho, porque debería conocerme lo suficiente como para saber que le quiero. No le he dicho directamente que lo haga, pero mis miradas y todas mis sonrisas son más que suficientes.

No habrá matado a nadie con sus propias manos, pero a mí me ha matado con el peor arma que posee una persona: las palabras.

—Si realmente me querías como decías —mi labio inferior tiembla y su mirada se clava en la mía— ¿por qué mi corazón duele al verte y ha dejado de latir por ti?