Hola! Decid presente para ver quien sigue por aquí:
GRACE
Después de casi veinte vestidos observo cada uno de los detalles del que llevo puesto. Sé que no es el definitivo ya que soy bastante indecisa cuando de ropa se trata.
Lo que más me hace sentir bien es saber que la inseguridad que sentía antes ha dejado de estar, por ahora. Trabajar en ello no ha sido tarea fácil, pero cuando tienes a alguien que te enseña la distorsión en la que vivimos, todo cambia.
No hay nada mejor que sentirse segura con uno mismo para poder seguir sin estancarse.
—¿Crees que me quede bien? —le pregunto a Oliver, el cual no deja de mirarme.
—¿Hay algo que te quede mal? —cuestiona y amago una sonrisa.
—Claro que sí, pero el punto ahora es, ¿este me queda bien?
—Diría que sí, pero —hace una pausa— se vería mejor en el suelo. ¿Probamos? —sonríe socarronamente.
La sonrisa que se extiende por mi rostro me delata. Eso es suficiente para que sepa que me ha hecho gracia y que quizás le deje hacer lo que tiene pensado.
—Eres un idiota, que lo sepas —tira de mi muñeca hasta ponerme entre sus piernas.
—Veamos que tal sin vestido —bromea y busca la cremallera hasta bajarla un poco.
Quito sus manos sosteniéndolas entre nuestros cuerpos.
—Me distraes demasiado —le digo sacudiendo la cabeza—. Llevamos más de una hora aquí metidos. ¿Cómo aguantas tanto?
—Porque puedo verte con o sin ropa y eso no sucede todos los días. Bueno, lo de sin ropa si porque me encargo yo.
—¡Idiota! —elevo la voz y se ríe—. Madre mía, tus hormonas están desatadas.
—Como para no estarlo teniéndote a ti —seguimos sonriendo.
Le doy una palmada en el hombro y me acerco al siguiente vestido. Me quito el que llevo y mientras lo hago escucho un silbido por parte de Oliver junto a un comentario que hace que me sonroje de pies a cabeza:
—Tienes un culo muy sexy.
—Que romántico puedes llegar a ser. Ni Romeo se atrevió a tanto.
—Lo sé y tú tienes un culo muy sexy —repite.
—¿Podrías dejar de mirarme el culo? O dejar de mirarme sin querer quitarme la ropa.
Se levanta del sofá en el que está sentado y viene hasta mí, aprisionándome entre sus brazos y con mi espalda tocando parte del espejo.
—Grace, Grace, Grace... —susurra. Su aliento mezclándose con el mío—. No me pidas cosas que no pienso cumplir jamás.
—E-está bien —pronuncio afectada por su cercanía—. Seguiré probándome vestidos —con la mirada señalo uno de sus brazos para que lo quite. Lo hace.
—Y yo seguiré opinando.
—Más bien desnudándome con la mirada —le rectifico.
—Eso siempre, princesa.
Se separa sin despegar sus ojos de los míos hasta sentarse de nuevo y esperar a que me pruebe los últimos vestidos que he traído conmigo. Le pido que cierre los ojos y opto por el que ha escogido él. Provocador pero sencillo a la vez; negro y con una obertura lateral que me encanta.
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Destinada A Olvidarte
RomanceSe supone que no debo acércame. Se supone que debo alejarle. Se supone que no debe gustarme. Se supone que no debo gustarle, y, sin embargo, son tantas las suposiciones que, mi mente me advierte, mi cuerpo me traiciona y mi alma le suspira.